miércoles, 25 de diciembre de 2013

L´ELISIR D´AMORE

Avanza la temporada de ópera en el Teatro Real de Madrid. En esta ocasión, el teniente Colombo se dejó caer por el templo operístico de la plaza de Oriente para asistir a la representación de L´elisir d´amore de Gaetano Donizetti (1797-1848), cantada por el elenco principal: Nino Machaídze (Adina), Celso Albelo (Nemorino), Fabio Maria Capitanucci (Belcore) y Erwin Schrott (Dulcamara).
 
Como hecho absolutamente excepcional, el director de escena Damiano Michieletto sitúa la historia en una playa, en plena temporada de verano. Una playa llena de luz y color, con toda la batería de tópicos habidos y por haber: un chiringuito, palmeras, muchas sombrillas, un vendedor de flotadores, hamacas y… niños, muchos niños, jugando en la arena y molestando al personal.
 
Vaya por delante que el teniente Colombo no conectó, en ningún momento, con la representación. Ni con la música, ni con los cantantes, ni con la escenografía. En su opinión, L´elisir d´amore es un barullo encima del escenario. “Resulta difícil mantener la concentración en el catálogo de melodías de Donizetti cuando, al mismo tiempo, una camarera está barriendo un chiringuito, diez personas juegan al voleibol, varios niños corretean entre las hamacas, un cuarteto juega una partida de cartas mientras toma el aperitivo, una pareja se afana en mantener en el aire una pelota de tenis, otra pareja cercana se broncea mutuamente… lo dicho: un barullo abigarrado y heterogéneo”, apunta el teniente Colombo, decepcionado por una representación en la que había puesto muchas esperanzas.
 
Así las cosas, abandonó el Teatro Real pasadas las once de la noche, se abrochó bien la gabardina para protegerse del frío otoñal, y decidió dar un paseo por la Gran Vía madrileña hasta la estación de metro de Banco de España.

 

sábado, 14 de diciembre de 2013

EMBRUTECIMIENTO COLECTIVO: LLEGA LA NAVIDAD

De sobra es sabido que el teniente Colombo detesta la Navidad, en todas sus vertientes: religiosa, familiar, juguetera, turronera, entrañable, en forma de flor de Pascua y Niño Jesús… Por ello, cada año, fiel a la cita, le dedica uno de sus posts.
 
Al aproximarse estas fechas, el carácter del teniente Colombo se agria hasta los 80º fahrenheit, como si desayunara cada mañana una mezcla explosiva de vinagre con aguarrás, al 50%. La Navidad, y toda la parafernalia que la rodea, representa para el teniente Colombo lo peor de la condición humana: la falsedad, el consumismo exacerbado, la hipocresía, la mentira, la apariencia, la farsa, la estupidez, la impostura, la superficialidad… casi dos meses de embrutecimiento colectivo, absurdo e irracional. Algo parecido a la metáfora con la que Charles Chaplin conmovió al mundo en 1936 sobre la alienación de la sociedad industrial, en la que los obreros son utilizados como una pieza más de un engranaje colectivo y aborregado (la maravillosa Tiempos Modernos).
 
Algún día, al teniente Colombo le gustaría cumplir uno de sus sueños: desaparecer “del mapa”, volatilizarse, antes de ponerse en marcha la maquinaria navideña y reaparecer -¡alehop!- el 7 de enero, libre ya del show comercial que abduce y engulle a todo semoviente del universo católico, sin excepción. Y ahorrarse, así, lucecitas, arbolitos, pajes reales, pesebres, camellos, campanadas, mazapanes, uvas de la suerte, pastorcillos, turrones de coco, burbujitas, cabalgatas, peladillas, cenas navideñas… y a los cantarines niños de San Ildefonso.
 
El teniente Colombo, un año más, grita a los cuatro vientos, con toda la potencia de sus cuerdas vocales: “¡Por Dios! ¡No! ¡Déjenme en paz con la Navidad!”.

domingo, 8 de diciembre de 2013

RATATOUILLE


La ratatouille es una especialidad de la cocina francesa, elaborada con diferentes hortalizas, originaria de la región de la Provenza (sureste de Francia). Es un plato frecuente en los meses de verano, y se sirve solo, o acompañado de pan, arroz, cuscús, y, en ocasiones, como guarnición de algún plato de carne o pescado. Se puede servir frío o caliente, al gusto del comensal.
En 2007 los estudios Pixar/Disney convirtieron esa especialidad francesa en una película de animación: Ratatouille (dirigida por Brad Bird). En ella, una rata llamada Remy sueña con convertirse en un gran chef francés, a pesar de la oposición de su familia y de la sociedad que, evidentemente, detesta a los roedores. El destino lleva a Remy al famoso restaurante parisino de Auguste Gusteau, en el que, de incógnito, ayuda a un joven aprendiz de chef a convertirse en un gran cocinero.
Para el teniente Colombo esta deliciosa película contiene dos de sus grandes pasiones: el cine y la gastronomía. Por diversas circunstancias, y a pesar de haberse estrenado hace seis años, no la había visto hasta ahora. “Ratatouille tiene el encanto y la imaginación de los grandes clásicos de Disney, con un humor inteligente y sofisticado, y, además, es impecable desde el punto de vista técnico”, apunta el teniente Colombo, todavía reconfortado por las casi dos horas que pasó delante del televisor, disfrutando con las aventuras culinarias de la rata Remy.

domingo, 1 de diciembre de 2013

COPIAR LO PEOR


“Definitivamente, este país no tiene arreglo”, asevera el teniente Colombo, después de que la última moda anglosajona se haya instalado en España para regocijo y satisfacción de los grandes centros comerciales.
La maquinaria comercial nacional ha importado del país de George Bush una cosa llamada “Black Friday”; y, además, sin traducir. Probablemente –opina el teniente Colombo- no habrán tenido ni tiempo. Parece ser que el objetivo del engendro, según reza la letra pequeña, es “anticipar las compras navideñas, a precios más reducidos”.
"A este paso, y después de haberse consolidado el dichoso Halloween y ese sujeto llamado Papa Nöel, ya sólo falta que importemos el 4 de julio, el día de Acción de Gracias y el aniversario de la muerte de Daniel Boone”, gruñe el teniente Colombo, encolerizado por la falta de personalidad de su país.

viernes, 22 de noviembre de 2013

EL REGRESO

La reciente conferencia política del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) le ha recordado al teniente Colombo aquella película de 1978, dirigida por Hal Ashby, El regreso, en la que Jon Voight interprete a un soldado americano que vuelve inválido a su hogar, paralizado de cintura para abajo, después de haber luchado en la guerra de Vietnam.  
 
El PSOE –opina el teniente Colombo- tiene su Jon Voight particular: su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba. Como si de reinventar la rueda se tratara, en la citada reunión de su partido anunció a los cuatro vientos: “Hemos vuelto. El PSOE ha vuelto”. Y el teniente Colombo se pregunta “¿de dónde?”.
 
El teniente Colombo sigue sin entender –después de varias décadas- cómo es posible que el PSOE no haya sido capaz de encontrar un recambio, sólido y convincente, de Felipe González. Una persona con carisma, honesta, con capacidad de liderazgo, aglutinadora de las voluntades de la izquierda, transparente, cercana, bien formada, con personalidad, íntegra, leal, intachable y con la talla política suficiente como para hacer frente –con garantías- a la apisonadora de la derecha.
 
Para el teniente Colombo, ni Eduardo Madina, ni Carme Chacón, ni Tomás Gómez (¡qué decepción!), ni Patxi López, ni Emiliano García Page, ni Susana Díaz… y, por supuesto, ni Rubalcaba aglutinan por sí solos todas esas cualidades. “Por consiguiente, la perspectiva a corto y medio plazo no puede ser más aterradora: queda derecha para rato”, masculla el teniente Colombo, profundamente decepcionado con un PSOE que, en la década de los ochenta, lideró el cambio político y social de este país.

sábado, 16 de noviembre de 2013

LA ÚLTIMA NOCHE DE VÍCTOR ROS


La última noche de Víctor Ros (Plaza y Janes, 2013) completa la, por el momento, tetralogía de las aventuras del detective más famoso del último tercio del siglo XIX, nacido de la imaginación del escritor Jerónimo Tristante. Después de haber “acompañado” a su colega Víctor Ros en las tres entregas anteriores (El misterio de la casa Aranda, El caso de la viuda negra y El enigma de la calle Calabria), el teniente Colombo ha devorado, literalmente, La última noche de Víctor Ros; preocupado, desde la primera página, si, efectivamente, sería la última noche del investigador madrileño.
La premonición del teniente Colombo no tarda en tomar cuerpo: la novela arranca con un ritmo frenético. “Los crímenes, las traiciones, las intrigas, las sospechas, las pistas falsas… en definitiva, la trama, se desarrollan a una velocidad electrizante, lo que obliga al autor a reordenar periódicamente las hipótesis ya que éstas cambian continuamente”, señala el teniente Colombo, todavía emocionado por las peripecias de los protagonistas y la magnífica lección de novela negra que Jerónimo Tristante regala a sus lectores.
En esta ocasión, el autor da mayor protagonismo al hijo adoptivo del policía (Eduardo), y a su inteligente y valiente esposa (Clara Alvear), claves en la resolución final del caso; circunstancia que el teniente Colombo considera un gran acierto del escritor murciano.
“En definitiva, La última noche de Víctor Ros es una novela inteligente, fácil de leer y muy entretenida. Una novela absolutamente recomendable, no apta para corazones sensibles”, concluye el teniente Colombo, que ya espera, con verdadero frenesí, la próxima entrega del Sherlock Holmes más castizo.

sábado, 2 de noviembre de 2013

EL CÓMICO Y LA NOVICIA


Al teniente Colombo le toca empezar de nuevo. Su vida es un continuo “hacer y deshacer cajas”, como aquellos cómicos de la película El viaje a ninguna parte (Fernando Fernán-Gómez, 1986), que, en la España de la posguerra, van de pueblo en pueblo buscando un milagro profesional que nunca llega, pasando más hambre que Carpanta. En unos días, el teniente Colombo dejará la comisaría en la que ha estado resolviendo casos de asesinato durante los últimos dos años, y tomará un nuevo rumbo profesional en otra delegación policial.
Mientras escribe este post se le acumulan los recuerdos: en este tiempo, ha tenido que superar momentos duros y muy duros, resolver homicidios difíciles y muy difíciles; y, sobre todo, contar miles de ovejas en muchas noches de insomnio. Sin embargo, a la hora de hacer balance, el fiel de “la romana” (maravillosa palabra, ya en desuso, que al teniente Colombo le recuerda los veranos de su infancia en el pueblo de sus abuelos paternos) se inclina hacia el lado positivo: los colaboradores, amigos y compañeros que deja en la comisaría, que han formado parte de su vida durante estos dos años, han cincelado en él una huella imborrable. De alguna manera, con su entusiasmo, le han hecho “rejuvenecer”, y le han exigido esforzarse cada día para estar, cuando menos, al mismo nivel que ellos. Se lleva consigo su cariño, su amistad y su respeto. Los mismos sentimientos que él siente hacia todos ellos, a los que nunca olvidará.
En este momento de la despedida le viene a la cabeza aquella frase de la novicia María (Julie Andrews), en la oscarizada Sonrisas y Lágrimas (Robert Wise, 1965), que aplica para sí mismo: “Cuando se cierra una puerta, en otro sitio se abre una ventana”.
El teniente Colombo desconecta el ordenador, precinta la última caja y, abrochándose un botón de la gabardina, abandona el despacho sin mirar hacia atrás…

sábado, 26 de octubre de 2013

CAPITÁN PHILLIPS


El ataque contra el buque de carga “Maersk Alabama” por piratas somalíes el 8 de abril de 2009 mientras navegaba a lo largo de la costa de Somalia en dirección a Mombasa fue el primer acto de piratería contra un barco estadounidense que se registraba en los últimos doscientos años. Después del abordaje, los marineros lograron que los piratas abandonasen el buque en un bote salvavidas, pero éstos tomaron al capitán Richard Phillips como rehén, que terminó siendo rescatado por soldados norteamericanos tres días después.
El teniente Colombo quiso comprobar cómo había reconstruido el director británico Paul Greengrass aquél caso real, y decidió acercarse al cine de su barrio para vivir durante dos horas esa aventura en la pantalla grande. El precio de la entrada (9,40€) era una cantidad asumible por sus finanzas.
“La película es un thriller absorbente y angustioso, realmente adrenalínico, que no da un minuto de respiro al espectador”, opina el teniente Colombo, todavía sobrecogido por la tensión sufrida en el patio de butacas.
“Mención aparte merece la interpretación de Tom Hanks: sencillamente magistral, sublime y perfectamente creíble. Viéndole moverse por el barco transmite la sensación de haberse dedicado a ser marino mercante durante los últimos treinta años de su vida. Su interpretación es, de principio a fin, grandiosa”, opina el teniente Colombo, mientras recomienda la película a todo aquél que diera disfrutar de dos horas de buen cine y de una historia contada con gran habilidad.

Capitán Phillips (Paul Greengrass, 2013, Columbia Pictures)

domingo, 20 de octubre de 2013

IL BARBIERE DI SIVIGLIA


Entre las rarezas del teniente Colombo está su afición por la ópera. Ya va para dos lustros que su gran amigo, y compañero de comisaría, Manolo Arias, le metiera el gusanillo en el cuerpo con aquel Don Carlo de Verdi, que cosió al teniente Colombo al mundillo del bel canto para siempre.
El curso 2013-2014 se ha inaugurado en el Teatro Real de Madrid con la programación de Il barbiere di Siviglia, de Giachino Rossini (1792-1868), melodrama buffo en dos actos, bajo la batuta del director checo Tomas Hanus, y Emilio Sagi como director de escena.
Al teniente Colombo, desde su bisoñez operística, le llamó particularmente la atención la puesta en escena, estética y colorista. En ocasiones, tuvo la sensación de estar asistiendo a la composición de un rompecabezas. La originalísima representación del discurso de la Calumnia, con unos movimientos de sábana –movidos por el viento- que van in crescendo poco a poco permanecerá en su memoria por una buena temporada. En cuanto a los intérpretes, el teniente Colombo destacaría, sobre todo, a Susana Cordón (divertida en su papel de Berta), al barítono portugués José Fardilha (muy bien en su cómica recreación de Bartolo), y, en menor medida, al barítono rumano Levente Molnár (en el papel de Fígaro). El resto del elenco no fue capaz de emocionar al teniente Colombo.
"En líneas generales, Il barbiere di Siviglia es una representación correcta, amable y digna, pero sin llegar a entusiasmar. En todo caso, merece la pena el precio de la entrada, sin duda”,  concluye el teniente Colombo, mientras repasa el programa de mano en el metro, de vuelta a casa.

domingo, 13 de octubre de 2013

12 DE OCTUBRE DE 2013


El 12 de octubre de 2013 quedará grabado en la memoria del teniente Colombo para siempre. En un día maravilloso, en el que el sol y los colores otoñales lucieron con una fuerza arrolladora, se celebró el “III Torneo Benéfico de Golf Alma de Quetzal”, de cuya ONG el teniente Colombo es socio fundador, auxiliar administrativo, botones, encargado de los extractos bancarios, lleva el control interno y, a ratos, realiza funciones de adjunto a la dirección (es decir, a él mismo).
El teniente Colombo se pasaría más de una vida agradeciendo a tantos amigos, compañeros de la comisaría y patrocinadores su apoyo, generosidad y cariño en esta tercera convocatoria (esta vez, dedicada a la memoria de la hermana del detective, fallecida seis meses antes). Sin ánimo de ser prolijo, el teniente Colombo no puede dejar de destacar en este post a su gran amigo, el inspector-jefe Enrique Mercant, artífice en un porcentaje altísimo del éxito del evento. Y a Luis Villanueva de Planinter, y a Ignacio Cano (Director Gerente del Club Las Lomas-Bosque), y al Grupo Nuria-Mepaban, que ofrecieron un cóctel inolvidable; y al mago Javier Martín, que ofició de maestro de ceremonias; y… a tantos y tantos amigos y patrocinadores.
Al final de la jornada ocurrió algo -felizmente inesperado- con lo que el teniente Colombo no contaba: la asistencia al acto de quien fue el ídolo de su infancia y su juventud: José Eulogio Gárate, jugador del Atlético de Madrid entre 1966 y 1977 (otra vez, el inspector-jefe Mercant estaba detrás de la “conspiración”). La emoción del teniente Colombo fue indescriptible. Por unos instantes, se quedó paralizado. 40 años después de verle jugar en el estadio de la Ribera del Manzanares se cumplía un sueño, multiplicado por mil.
Ayer, 12 de octubre de 2013, el teniente Colombo ratificó algo que llevaba décadas sospechando: que Gárate es un ejemplo de humildad, de sencillez, de caballerosidad y de generosidad. “¡Un hombre que había sido vitoreado tantas y tantas tardes por más de 50.000 personas me estaba dando las gracias por querer hacerme una foto con él! Era como estar delante de James Stewart en el clásico de 1939 de Frank Capra Caballero sin espada”, recuerda el teniente Colombo, conmovido por las muestras de cariño de un jugador irrepetible.
Ayer, 12 de octubre de 2013, el teniente Colombo corroboró una cosa más: corroboró que es del Atleti por personas como Gárate. Un jugador que ha representado la esencia misma del club, que lo ha hecho grande y que siempre se ha identificado, de corazón, con sus colores y su gente. Un símbolo eterno. Las leyendas existen (como las hadas), y en este día para el recuerdo, el teniente Colombo tuvo la inmensa fortuna de estrechar  la mano de una de ellas. Fue uno de los días más felices de su vida.
Por eso el teniente Colombo es del Atleti,… y lo será hasta su último aliento. “Gracias, Gárate; gracias inspector-jefe Mercant”, balbucea el teniente Colombo mientras firma este inolvidable post.

lunes, 7 de octubre de 2013

OPERACIÓN TRIUNFO MUNICIPAL


Los músicos que quieran tocar en las calles y plazas del distrito Centro de Madrid deberán superar una "prueba de idoneidad" que les permita obtener la preceptiva autorización municipal (diario EL MUNDO, 7/10/2013). “Ésta es la última astracanada que se le ha ocurrido a la olímpica y pizpireta alcaldesa de Madrid”, farfulla el teniente Colombo, todavía sorprendido por la noticia.
El argumento que ha dado el Ayuntamiento capitalino es que "la medida no pretende prohibir nada, sino adecuar esta actividad a la normativa de la Zona de Protección Acústica Especial de Centro, aprobada hace un año para limitar el elevado nivel de ruido que padece esta zona”.
Así las cosas, lo que el teniente Colombo propone es hacer lo mismo –en justa correspondencia- con el cargo de alcaldesa. Es decir, que la Sra. Botella supere un casting para que todos los madrileños puedan comprobar si es apta para el puesto, o no; teniendo en cuenta que es alcaldesa sin que la haya votado ni su empleada de hogar.
El teniente Colombo está absolutamente convencido que sería la primera triunfita en dejar la academia-ayuntamiento. No obtendría ningún voto, ni del jurado ni del público. “La expulsarían de la Operación Triunfo Municipal por inútil, por soberbia, por grotesca, por engreída, por improductiva, por caduca… y por hacer el ridículo en nombre de Madrid allende los mares”, opina el teniente Colombo, cariacontecido al comprobar, una vez más, en manos de quién está la gestión de los impuestos de los madrileños.

miércoles, 2 de octubre de 2013

BURUNDANGA


La “burundanga” (nombre vulgar de la escopolamina,… término que, por cierto, al teniente Colombo, siempre le trae a la memoria, de forma inevitable, la magnífica película Los cañones de Navarone, de 1961) es una droga utilizada por violadores, secuestradores y ladrones, con el objetivo de narcotizar a sus víctimas, que, con la voluntad cercenada, quedan a merced del delincuente. Al despertar de su sopor, apenas recuerdan nada de lo sucedido. Burundanga es también una comedia de enredo escrita por el joven autor catalán Jordi Galcerán, que actualmente se representa, con un éxito arrollador, en el teatro Lara de Madrid. Y, claro, el teniente Colombo no podía faltar a la cita (en este caso, con su inseparable gabardina, puesto que la noche amenazaba lluvia).
Sin ánimo de desvelar la idea central de la obra, al teniente Colombo le llamó particularmente la atención lo arriesgado del texto y la receptividad que, del mismo, se vivió en el patio de butacas. Un tema tan delicado, y que ha supuesto a la sociedad española tanto dolor y sufrimiento durante tantas décadas, se plantea en el escenario con valentía y muchas dosis de causticidad.
En Burundanga el reparto está a una altura más que notable. Destaca –en opinión del teniente Colombo- el trabajo de Mar Abascal, exagerada e histriónica, que atrae hacia sí toda la atención del público cuando está en escena; y, sobre todo, la presencia de Eloy Arenas, que aporta una experiencia y unas dotes cómicas impagables (“es el toque de calidad de la obra”, apuntilla el teniente Colombo).  
Durante la hora y cuarenta minutos que dura la representación el teniente Colombo no paró de reírse, y muy a gusto. “En definitiva, un espectáculo brillante, divertido y absolutamente recomendable. La pena es la situación de abandono en la que se encuentran algunos teatros madrileños…”, opina el teniente Colombo, mientras afila su lápiz para ponerle firma a este post teatral, el número 150.

martes, 24 de septiembre de 2013

EL CASO DE LA VIUDA NEGRA


Todavía emocionado por la lectura de “El enigma de la calle Calabria” (ver post del 24/7/2013), el teniente Colombo ha decidido acompañar al detective Víctor Ros, el personaje creado por el escritor Jerónimo Tristante, en una nueva aventura: “El caso de la viuda negra” (MAEVA Ediciones, 2008).
En esta ocasión, Víctor Ros debe llevar a cabo unas investigaciones  entre el Madrid decimonónico de finales del siglo XIX y la Córdoba milenaria, viéndose involucrado en dos casos: el robo de un dedo de la mano al cadáver de un coronel del ejército mientras permanecía en el depósito de un cementerio, y el de la sospechosa muerte del Marqués de la Entrada, un anciano casado con Lucía Alonso, una joven amiga de Clara, la esposa del policía.
De la misma forma que su colega el teniente Colombo, el inspector Ros no deja ningún cabo suelto; y el autor de “El caso de la viuda negra”, tampoco. Jerónimo Tristante –en opinión del teniente Colombo- vuelve a demostrar en esta novela unas dotes narrativas y una habilidad descriptiva de altísimo nivel.
“Con una trama muy elaborada y el recuerdo permanente de Holmes y Watson, el creador del sabueso Víctor Ros envuelve al lector, desde la primera página, en una atmósfera llena de misterio e intriga,  con un desenlace final sorprendente y originalísimo. Una novela muy entretenida y absolutamente recomendable”, valora el teniente Colombo, listo ya para la tercera entrega de la trilogía del detective Víctor Ros.

sábado, 14 de septiembre de 2013

CAMILLE PISSARRO


Aprovechando los últimos días de su periodo vacacional, y antes de regresar a la vorágine de la comisaría, el teniente Colombo se dejó caer por el museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. No quería dejar pasar la oportunidad de ver la exposición dedicada a Camille Pissarro (1830-1903), el creador olvidado del impresionismo.
El teniente Colombo ha disfrutado –y de qué manera- de la primera retrospectiva del artista en España, centrada en el paisaje, tanto rural como urbano, el género abrumadoramente dominante en la producción de Pissarro. La muestra, que presenta 79 óleos, se articula cronológicamente en función de los lugares donde residió y que inspiraron su pintura, como Louveciennes, Pontoise y Éragny.
Sin ser un experto en pintura, al teniente Colombo le llamaron particularmente la atención dos obras: Camino de Versalles, Louveciennes, sol de invierno y nieve (1870), que tiene la singularidad de presentar unos árboles, a ambos lados de un camino, que no están alineados mientras que sus sombras sí lo están (“un prodigio de técnica y originalidad”, apunta el teniente Colombo); y el óleo Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto lluvia (1897), que muestra una bulliciosa escena en la que se ven varios coches tirados por caballos y numerosos paseantes con sus paraguas abiertos (en opinión del teniente Colombo, “un cuadro precioso que presenta una atmósfera fascinante”).
Finalizada la visita a la exposición, el teniente Colombo enfiló el Paseo del Prado en dirección a la calle de Alcalá para tomar el autobús que le llevaría de regreso a casa. Le esperaba una paella mixta, que su madre prepara como nadie.

sábado, 7 de septiembre de 2013

MARINA


“Marina me dijo una vez que sólo recordamos lo que nunca sucedió”. Así comienza la novela Marina (editorial Edebé, 1999) de Carlos Ruiz Zafón, que el teniente Colombo acaba de leer en los últimos suspiros del verano. La frase ha quedado almacenada en la buhardilla de su memoria para siempre. Le ha hecho reflexionar.
El protagonista de la historia es Oscar Drai, un joven de 15 años que vive en un internado de Barcelona, a comienzos de 1980. Un buen día, en una casa semiabandonada, conoce a Marina y al padre de ésta, Germán Blau, con los que vivirá una aventura que marcará, profundamente, su adolescencia y su juventud. Una aventura inolvidable, pero también cruel y peligrosa.
Al teniente Colombo, ávido lector de la obra literaria de Ruiz Zafón, esta novela –la cual no conocía hasta este momento- le ha sorprendido muy positivamente. Inevitablemente le ha recordado, en muchas de sus páginas, a “La sombra del viento” (del mismo autor), gracias, sobre todo, a las magníficas descripciones que realiza de la capital catalana de la década de los ochenta. Ruiz Zafón, en opinión del teniente Colombo, demuestra una habilidad narrativa y descriptiva a la altura de los mejores escritores de la historia.
“La excelente presentación de los personajes y una historia muy bien estructurada, hacen que el lector se vea envuelto rápidamente en una historia de misterio, ambición, locura y amor”, opina el teniente Colombo, todavía conmovido por la emoción que ha sentido con el desenlace de la historia, brillantemente resuelto por el escritor catalán. Sin duda, el teniente Colombo recomienda, con agitada excitación, la lectura de Marina, de Carlos Ruiz Zafón.

domingo, 1 de septiembre de 2013

UNOS HILILLOS DE ALQUITRÁN

 
A finales del mes de agosto, el teniente Colombo leía en la prensa que, por primera vez en 20 años, el Ayuntamiento de Madrid había eliminado la Operación Asfalto por falta de presupuesto. Los rotativos recordaban que la primera Operación Asfalto inició su andadura en 1989 y afectó a 135 calles con un presupuesto de 1.300 millones de pesetas, casi 8 millones de euros. La Operación Asfalto –informaban también los diarios- se institucionalizó en la década de los noventa y en los últimos 5 años el Ayuntamiento conservador del Partido Popular dedicó a la misma cerca de 15 millones de euros. Sin embargo, en 2013 nada; ni un céntimo. Las calles de Madrid no han recibido ni unos humildes hilillos de alquitrán.
 
Pues bien, con estos datos, lo que al teniente Colombo le resulta curioso, e indignante, es que para un gasto que redunda en la seguridad de los madrileños y en un mejor mantenimiento del parque automovilístico no haya partida presupuestaria; mientras que para un gasto tan absurdo e inútil como el alumbrado navideño –por ejemplo- siempre haya dinero en las arcas municipales (ver post del 1/12/2012 en este mismo blog: “Alumbrado navideño”).
 
“Este es el lamentable e irresponsable Ayuntamiento que tenemos, más cerca de un sainete de Carlos Arniches que del rigor y la seriedad en la gestión”, refunfuña el teniente Colombo, acalorado y lleno de ira, mientras prepara su gabardina para la temporada otoñal que, como casi siempre, se presentará en breve, y sin avisar.
 
 
 
 
 

martes, 20 de agosto de 2013

GEORGE ALEXANDER LOUIS


Así se llama el joven vástago de los duques de Cambridge, Kate Middleton y el príncipe Guillermo, que hace unas semanas llegó a este loco mundo, para alegría y alborozo de su familia, y de millones de súbditos ingleses, abducidos por el feliz alumbramiento.
Probablemente, al mismo tiempo, miles de niños nacieron en otros lugares del mundo, sin la pompa y la fanfarria del bebé real británico; y, sobre todo, con la incertidumbre de qué será de sus vidas en el futuro. Sin embargo, y sin más mérito que haber nacido en una cuna de rancio abolengo, el pequeño George Alexander Louis ya sabe que, algún día, será rey de los ingleses. Haga lo que haga: sea tonto o listo, capaz o inútil, sabio o torpe, justo o injusto. “Es decir, nada más nacer ya sabe que va a tener empleo seguro y de por vida. Así da gusto”, grita a los cuatro vientos el teniente Colombo, acordándose en este momento de la Toma de la Bastilla de aquel 14 de julio de 1789…

sábado, 3 de agosto de 2013

CREDO

Una mañana de agosto, en un espléndido día de sol, el teniente Colombo puso rumbo a la villa castellana de Arévalo (Ávila). No se quería perder la 25ª edición de las Edades del Hombre, que, en esta ocasión, se titula “Credo”, y que se distribuye en tres sedes: la iglesia de Santa María la Mayor, la iglesia de San Martín y la iglesia de El Salvador.
 
"La exposición es un recorrido plástico sobre el camino de la fe cristiana, estructurado en un preámbulo (Creo) y tres capítulos (Creo en Dios, Creo en Jesucristo y Creo que en el Espíritu Santo)”, matiza el teniente Colombo, todavía sobrecogido por esta maravillosa exposición de arte sacro, de impecable factura.
 
Las obras que más le llamaron la atención se encuentran en la iglesia de El Salvador: una “Anunciación” de El Greco, el “Bautismo de Cristo”, de Francisco de Goya y, sobre todo, el “Cristo Yacente”, de Gregorio Fernández (una talla barroca de gran realismo e impacto visual). Quizás lo que menos le ha gustado de la exposición al teniente Colombo han sido las obras contemporáneas. Las ha encontrado excesivamente anacrónicas y, en cierto modo, fuera de lugar; en particular, el “Rabino estudiando Torá”, de Daniel Quintero; y el cuadro “Cielo”, de Carmen Laffón.
 
El teniente Colombo remató la visita a Arévalo –como no podía ser de otra manera- con un buen cochinillo, estandarte mundial de la villa castellana. El “Figón de Arévalo” fue el lugar elegido. El resultado fue, sencillamente, sublime,… inolvidable. Con el estómago lleno y el espíritu reconfortado, el teniente Colombo regresó a la capital del Imperio, a media tarde de un sábado de agosto, apurando los últimos rayos de sol.

 

miércoles, 24 de julio de 2013

EL ENIGMA DE LA CALLE CALABRIA


En “El enigma de la calle Calabria” (Jerónimo Tristante, editorial Maeva), el teniente Colombo ha descubierto a un nuevo colega de profesión: el detective Víctor Ros. El investigador, nacido de la imaginación y la pluma del escritor Jerónimo Tristante, se enfrenta en este caso a una mente criminal astuta, sin escrúpulos, que pone a prueba los métodos y la capacidad deductiva de Ros.
Para el teniente Colombo el investigador Víctor Ros es una mezcla de Sherlock Holmes, el sargento Bevilacqua de las novelas de Lorenzo Silva y Hércules Poirot. “Detectives, todos ellos, con una inteligencia muy superior a la de los criminales que tratan de desenmascarar, e, incluso, a la de sus compañeros de profesión”, apostilla el teniente Colombo, mientras se esfuerza por resucitar uno de sus puros, en estado agonizante.
Al teniente Colombo la narración de “El enigma de la calle Calabria” le ha parecido amena, fluida y, en ocasiones, con un ritmo frenético. Permite al lector, además, pasear por la Barcelona de finales del siglo XIX, con una descripción pormenorizada del lujo de los barrios altos y, al mismo tiempo, de los ambientes más sórdidos de la ciudad.
“Novela, en todo caso, muy entretenida y muy bien escrita; que mantiene en vilo al lector hasta la última línea”, infiere el teniente Colombo mientras se prepara para una nueva jornada de piscina.

domingo, 14 de julio de 2013

SOPORTANDO A JOSÉ IGNACIO WERT


El Gobierno de Mariano Rajoy –opina el teniente Colombo- es una amalgama de personajes sin carisma, tremendamente ineptos y con serias dificultades para la comunicación. Uno de ellos es el todavía ministro de Educación, Cultura y Deportes José Ignacio Wert. “Entre él y Ana Mato –la ministra de Sanidad- podrían perfectamente protagonizar cualquier película de Antonio Ozores… su incapacidad como servidores públicos alcanza cotas de disparate nacional”, opina el teniente Colombo mientras revisa unos datos de su próximo caso de asesinato.
“La que ha montado recientemente el ministro Wert con el sistema de becas, sus contradicciones en el diagnóstico de las razones que le han llevado a la propuesta del 6,5 como nota de corte para acceder a una beca, su incontinencia verbal y la soberbia de sus afirmaciones, deberían haber supuesto su cese fulminante. El problema es que Mariano Rajoy –siguiendo la táctica del avestruz- está desaparecido en combate… casi de forma permanente”, reflexiona el teniente Colombo una mañana de domingo mientras hojea las páginas salmón de su periódico de cabecera.
 
Al teniente Colombo le gustaría que el presidente del Gobierno explicase por qué mantiene en el gabinete a una persona como Wert, que si alguna virtud tiene es la de poner de acuerdo a tanta gente sobre su incapacidad para ejercer el cargo. “Si tuviera un mínimo de dignidad, y decoro, no debería esperar a que lo cesara Mariano Rajoy, debería dimitir de manera fulminante. El ministro Wert es la nulidad personificada… un peligro público”, remata este post el teniente Colombo, cansado de seguir manteniendo con sus impuestos a sujetos como éste.

domingo, 7 de julio de 2013

ESTE "DO" DE PECHO ES UNA RUINA


El Boletín Oficial del Estado (BOE) acaba de hacer públicos los balances de los dos primeros años de gestión del director del Teatro Real, el belga Gerard Mortier, y los resultados son demoledores: 2009 se cerró con una pérdida de 417.818 euros y en 2011 se disparó hasta los 4,9 millones de euros. Entre medias, los 5,3 millones de euros de 2010.
Además del déficit –profundiza el teniente Colombo en los datos del BOE- hay un serio problema de tesorería: en 2009 había en caja 1,2 millones de euros; en 2010 la deuda se disparó hasta 11,8 millones de euros y en 2011 se recondujo el “agujero” hasta los 4,7 millones de euros. En este apartado destaca, especialmente, la caída de casi un millón y medio de euros de ingresos por la venta de abonos: desde la llegada de Mortier ha caído un 16,8%, pasando de vender en 2009 casi 8,5 millones de euros a dejar la cifra en poco más de 7 millones.
Con independencia de la caída de ingresos por las menores contribuciones de las instituciones públicas (“al Teatro Real también han llegado los recortes”, puntualiza el teniente Colombo), la Intervención General de la Administración del Estado ha puesto de manifiesto que Mortier ha gastado sin control –en concreto, más de un millón y medio de euros de lo previsto en 2010- y que las medidas del control del gasto no han sido eficaces, en modo alguno, para respetar los presupuestos aprobados por el Patronato del Teatro Real anualmente.
A estas alturas del mes de julio el teniente Colombo no tiene constancia de que Gerard Mortier haya dimitido o haya sido cesado.

 

martes, 2 de julio de 2013

DANIEL BOONE


Cada mañana, fiel a su cita con 8 TV Madrid, el teniente Colombo comparte su suculento desayuno con uno de los héroes de su infancia: Daniel Boone (1734 – 1820), el pionero más famoso de la conquista de Norteamérica.
Boone exploró gran parte de los estados de Kentucky y Tennessee, y abrió numerosas rutas sobre los Apalaches y el río Cumberland, llegando incluso a Carolina del Norte y Florida. A lo largo de su vida tuvo que afrontar numerosas dificultades en su papel de mediador entre colonos e indios, en su lucha contra los tramperos sin escrúpulos y los cazadores de esclavos (“Daniel Boone repudiaba la esclavitud”, puntualiza el teniente Colombo, convencido de que en los tiempos actuales, Daniel Boone estaría más cerca del PSOE que del Partido Popular). En 1773 fundó el fuerte Boonesborough, en Kentucky, donde se estableció con su familia hasta el final de sus días.
La vida de Daniel Boone fue llevada a la pequeña pantalla por la cadena NBC entre 1964 y 1970, a largo de 165 episodios. A partir de entonces, la carrera del actor Fess Parker (1924 – 2010) quedaría unida, para siempre, a la del célebre colonizador estadounidense, que luchaba, sin desmayo, contra los indios y los casacas rojas acompañado siempre de su fiel amigo, el indio cherokee Mingo.
Cada día, antes de salir para la comisaría, el teniente Colombo rememora aquellas tardes de su infancia, en las que compartía con Daniel Boone sus meriendas de pan con chocolate, y revive, cuarenta años después, los peligros que el valiente explorador tenía que sortear en cada episodio, de los que –cómo no- siempre salía airoso.

 

sábado, 22 de junio de 2013

CARRUSEL VERANIEGO


Como cada año, con la llegada del periodo estival, en el mundo del fútbol se inicia el carrusel de fichajes, despidos, traspasos, ceses, retiradas y… más fichajes. Esta escenificación, convenientemente aderezada por la prensa deportiva que, gracias a ello, subsiste en los meses de ausencia de competición, se mueve, en general, dentro de unas cifras desorbitadas.
Al teniente Colombo el asunto le llama poderosamente la atención, máxime en este momento, en el que el índice de paro y las fuertes restricciones que sufre la sociedad española, no se corresponde, en modo alguno, con la burbuja en la que parece vivir el mundo del fútbol, sine die. Esta evidente contradicción le trae a la memoria al teniente Colombo la película Rain Man (Barry Levinson, 1988), en la que Dustin Hoffman interpreta a un autista que vive en su mundo, feliz e inocente, al margen de la realidad que le rodea.
“¿Será el fútbol, y todo el entramado creado alrededor de los derechos de televisión, la próxima burbuja que hará crack en este país?”, reflexiona el teniente Colombo, mientras termina de preparar un gazpacho veraniego, enriquecido con unas cerezas de la Vera.

domingo, 16 de junio de 2013

UNA DÉCADA SIN ATTICUS

Se acaban de cumplir diez años de la muerte de Gregory Peck. Diez años de la muerte del actor que representó como ningún otro la quietud y la sobriedad delante de las cámaras. Para el teniente Colombo, Gregory Peck ha sido siempre uno de sus actores favoritos, uno de los “cinco grandes de todos los tiempos”.
Una década después de su muerte, el recuerdo del personaje que lo inmortalizó para siempre sigue vivo en la mente del teniente Colombo: el papel del abogado Atticus Finch, que defiende a un joven negro acusado injustamente de violación en la película dirigida por Robert Mulligan en 1962 Matar a un ruiseñor, que le valió su único Óscar y el reconocimiento por parte del American Film Institute (en 2003) como el mayor héroe del cine americano de todos los tiempos, por delante, incluso, del incombustible Indiana Jones.
Junto con sus valores cinematográficos, la faceta privada de Gregory Peck también ha suscitado el interés del teniente Colombo. Una actitud de compromiso, su activismo antisida, la presidencia de la Sociedad Americana contra el Cáncer o su participación en las protestas contra la guerra de Vietnam, contra las armas nucleares o en favor de los derechos civiles. Valores y planteamientos compartidos por el teniente Colombo.
El teniente Colombo se pregunta si Gregory Peck hubiera podido encajar en el papel de alguno de esos asesinos que tanto dolor de cabeza le dan en la comisaría. “Probablemente no, no resultaría del todo convincente”, concluye el teniente Colombo, mientras le viene a la memoria la secuencia en el porche de la casa de Atticus, en una noche verano, cuando le explica a su hija la importancia de respetar el punto de vista de los demás.

domingo, 9 de junio de 2013

EL ENIGMA

El enigma (editorial Alfaguara) ha sido la primera ocasión en la que el teniente Colombo se ha aproximado al universo literario de Josefina Aldecoa (1926 – 2011).
La novela relata las peripecias de Daniel Rivera, un profesor universitario madrileño que lleva una vida familiar anodina y busca compensaciones emocionales en su trabajo y en relaciones esporádicas con sus estudiantes. Durante un semestre sabático en Nueva York conoce a Teresa, divorciada, hija de un exiliado español, culta y con la que mantiene un tórrido e intenso idilio. Al regresar a España, Daniel vuelva a la rutina y a un matrimonio sin amor.
En opinión del teniente Colombo, El enigma es una novela que profundiza en las relaciones humanas, en sus diferentes vertientes. Por un lado, plantea la problemática de la convivencia matrimonial, poniendo sobre la mesa todos sus estereotipos; y, por otro, las posibilidades y los escollos de una relación a tres bandas. La novela está escrita de manera sencilla, con algunas metáforas centradas en determinados convencionalismos de la vida en pareja y está bien resuelta.
De alguna manera, el triángulo Daniel, Teresa y Berta, le ha recordado al teniente Colombo el episodio “Todo está en juego”, en el que, aparentemente, tiene una relación extramatrimonial con el personaje del asesino (interpretado por la actriz Faye Dunaway), y cuando su amigo-confidente camarero le recrimina cómo ha sido capaz de enviar a la cárcel a la persona con la que ha vivido ese supuesto romance, el teniente Colombo le responde: “Eh, amigo, si te crees todo lo que dice un policía eres un majadero”.

domingo, 2 de junio de 2013

COMO EL AVE FÉNIX...

El mito del ave Fénix ha sido, desde el origen de los tiempos, el símbolo del renacimiento físico y espiritual, el emblema de la inmortalidad. Al igual que esa ave mitológica, del tamaño de un águila imperial, ha resurgido de sus cenizas el expresidente del gobierno, José María Aznar, con su pico y sus garras terroríficamente afilados.

Al teniente Colombo el asunto le ha dado un escalofrío por la espalda. Con independencia de los mensajes que, en una reciente entrevista en televisión, lanzó contra el actual presidente del gobierno (al que el propio Aznar designó “a dedo” como su heredero), lo que realmente le quita el sueño al teniente Colombo es la posibilidad de que un sujeto como Aznar vuelva a dirigir los destinos del país.

El hecho de que afirmase en la citada entrevista, y en dos ocasiones, cumpliré con mi responsabilidad, con mi conciencia, con mi partido y con mi país con todas las consecuencias”, le han traído a la memoria al teniente Colombo los peores años de gobierno de Aznar. Años repletos de arrogancia, de soberbia, de prepotencia, de rencor, de jactancia, de altanería y de sordidez.

El teniente Colombo agradece a este “peligroso salvapatrias” su generosidad y altruismo para con su país, pero le ruega que se aleje lo más posible del destino de los españoles. “Gracias, señor Aznar, no se moleste; ya nos hundiremos nosotros solos, no necesitamos que alguien que mintió como un bellaco sobre las armas de destrucción masiva, que nunca aparecieron, venga a rescatarnos del naufragio… más caudillos, no; por favor”, se reafirma el teniente Colombo, mientras comprueba, por el rabillo del ojo, que el señor de las Azores no anda cerca de la comisaría.

sábado, 25 de mayo de 2013

EL HOMBRE QUE MATÓ A LIBERTY VALANCE

Hace unos días, el teniente Colombo decidió revisar una de sus películas favoritas: El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962). Bendita decisión.
La película –en opinión del teniente Colombo- es una clase magistral de cine, sólo al alcance de unos pocos elegidos. Desde el primer fotograma rezuma talento, emoción, elegancia, épica y sabiduría. El maestro Ford construyó una oda al honor, al choque entre el viejo y el nuevo mundo, a los sentimientos, a la ley y al nacimiento de la democracia en Estados Unidos. Del plantel de actores protagonistas resulta difícil decir algo nuevo: John Wayne está imponente, James Stewart sobrio y eficaz, y Lee Marvin encarna la maldad más absoluta de una manera memorable. “¡La película es, sin duda, una obra maestra!”, grita a todo el planeta el teniente Colombo, mientras anota en su bloc unos datos del próximo crimen que le ha encargado resolver su nuevo capitán.
“Ningún elogio es suficiente para El hombre que mató a Liberty Valance; una película mítica e imperecedera”, concluye, emocionado, el teniente Colombo; mientras ve cómo aparece en la pantalla el último fotograma con el inevitable The end.

sábado, 18 de mayo de 2013

LA CENA SECRETA

A pesar de que la mayoría de los críticos literarios la comparan, de manera insistente, con El código Da Vinci de Dan Brown; al teniente Colombo la novela de Javier Sierra La cena secreta (editorial Planeta) le ha recordado, casi desde las primeras páginas, a la exitosa novela de Umberto Ecco El nombre de la rosa.
“Resulta inevitable no comparar las peripecias de Guillermo de Baskerville de El nombre de la rosa con las del inquisidor dominico Agustín Leyre, experto en la interpretación de mensajes cifrados, y protagonista indiscutible de La cena secreta”, apunta el teniente Colombo, todavía fascinado por la lectura de la novela.
Por encima de todo, al teniente Colombo la novela de Javier Sierra le ha resultado entretenida y absorbente. Destacaría, sobre todo, la capacidad del autor para hacer dudar al lector si la trama que plantea, y el conjunto de situaciones y personajes que rodean la historia, son (o fueron) reales, o simplemente pura ficción. “El desenlace, como el conjunto de la novela, no defrauda, y eleva en cada página la avidez del lector por descifrar el sorprendente final”, comenta el teniente Colombo a uno de los sargentos de la comisaría, recomendándole encarecidamente la lectura de La cena secreta.

sábado, 11 de mayo de 2013

ECONOMÍA DESDE EL CORAZÓN

En cierta ocasión, José Luis Sampedro (1917 – 2013) afirmó que “solo los ingenuos y algún premio Nobel de Economía llegan a creer que nuestro mercado encarna la libertad de elegir, olvidando algo tan obvio como que sin dinero no es posible elegir nada”. En este momento, semanas después de la desaparición de este gran economista y escritor, el teniente Colombo recuerda con nostalgia esas palabras, que hace muchos años leyó en uno de los libros que conforman la extensa bibliografía de Sampedro (Las fuerzas económicas de nuestro tiempo, 1967).
El teniente Colombo siempre ha tenido la firme convicción –en línea con  el profesor Sampedro y otros economistas neokeynesianos, como Paul Samuelson, John Hicks, Franco Modigliani y Joseph Stiglitz-  que la ciencia económica debe configurarse como un instrumento para mejorar el bienestar de las personas (lo que el profesor Luis Perdices de Blas ha definido como una economía desde el corazón); y no, como ocurre en la actualidad, para perfeccionar la rentabilidad de los mercados y las fuerzas ocultas que los manejan.
Desde este blog, el teniente Colombo quiere ofrecer su pequeño homenaje a José Luis Sampedro, un humanista inteligente, un hombre fiel a unas convicciones y de una exigencia ética poco común en estos tiempos. El teniente Colombo recuerda, y hace suyas, las palabras del ex ministro socialista Ángel Gabilondo sobre la figura de Sampedro: “encontramos en su palabra y en su corazón la frescura y la higiene de la búsqueda de mejores condiciones de vida, de equidad y de justicia”.

sábado, 4 de mayo de 2013

¿MADRID 2020? NO, GRACIAS

El teniente Colombo rechaza, rotundamente, la candidatura de Madrid para organizar los Juegos Olímpicos de 2020. La aventura olímpica –en su opinión- podría ser la puntilla para la grave crisis por la que atraviesa la ciudad, y el resto del país. El teniente Colombo no entiende cómo, en una situación de bancarrota como la actual, los regidores madrileños (y, en particular, su egregia alcaldesa), muestran de forma tan entusiasta -casi psicopatológica-, su amor por el olimpismo; como si organizar unas Olimpiadas fuera el bálsamo de Fierabrás, la medicina que acabará con todas las enfermedades que aquejan a la capital de España.
Al teniente Colombo el asunto le parece una cortina de humo para tapar la incapacidad e ineptitud de unos políticos sin ideas, sin recursos y sin voluntad, que llevan años protegiéndose unos a otros, con el fin de seguir viviendo –y de qué manera- de la política.
Para el teniente Colombo la salida de la crisis debe cimentarse en políticas de crecimiento a medio y largo plazo, en proyectos de I+D+i, en potenciar la sanidad y la educación públicas, en inversiones en infraestructuras, en medidas que fomenten el consumo y el ahorro, en reducciones de impuestos, en el impulso del crédito bancario (¡de una vez por todas!), en programas serios y coherentes con la realidad actual (huyendo de megaproyectos de dudosa rentabilidad y legalidad), y en mandar a paseo, de vez en cuando, a los señores de la Troika. En definitiva: el teniente Colombo está firmemente convencido de que la salida de la crisis debe sustentarse en políticas que permitan recuperar la confianza en el país, en no repetir los errores del pasado y, sobre todo, en la creación empleo.
“Si la solución a esta pertinaz crisis pasa por la construcción de casinos, locales destinados a la prostitución -Eurovegas- y organizar unos Juegos Olímpicos, mal vamos”, murmura el teniente Colombo, al mismo tiempo que recuerda las palabras del escritor francés Paul Valéry (1871-1945), muy oportunas en este momento: “la política es el arte de evitar que la gente se preocupe de lo que le atañe”.

viernes, 26 de abril de 2013

UNA DEUDA DE GRATITUD

Dentro del dolor que siente el teniente Colombo por la pérdida de su hermana (ver post del 17 de abril de 2013, La sonrisa eterna), quisiera transmitir, a través de este blog, su más profundo agradecimiento, y el de su familia, al servicio de oncología del hospital Sanitas La Moraleja de Madrid.
El equipo médico, dirigido por la doctora Margarita Feyjóo, acogió a la hermana del teniente Colombo con un cariño, una profesionalidad y una dedicación admirables. “Su labor ha sido, sencillamente, impagable”, recuerda, emocionado, el teniente Colombo; que tampoco olvida al Control de Enfermería de la planta 3ª del hospital, cuyo personal demostró una generosidad y una entrega más allá de lo que exige su trabajo.
El teniente Colombo está seguro que su hermana, allá donde esté, también se lo estará agradeciendo y les estará regalando una de sus maravillosas y eternas sonrisas.

miércoles, 17 de abril de 2013

LA SONRISA ETERNA

Este es el post más difícil al que se enfrenta el teniente Colombo desde el nacimiento de este blog hace casi dos años. Nunca hubiera querido escribirlo. Recientemente, la vida, o el destino, le han golpeado con especial dureza. Su hermana, en la mitad de su vida, se ha ido para siempre.
La hermana del teniente Colombo era pura energía, entusiasmo y vitalidad. Tenía el optimismo por bandera, a pesar de las dificultades que la vida le puso por delante, que no fueron pocas. Se caía y se levantaba, volvía a caer y se volvía a levantar… como ese boxeador a punto de ser noqueado; pero al que su orgullo, su entereza y su corazón le ayudan a seguir adelante. La hermana del teniente Colombo era generosa, sencilla, tenaz, bondadosa, desprendida, cariñosa, efusiva, maternal, apasionada, jovial… ¡un ejemplo de fortaleza y valor!
“Es evidente que la muerte sucede a cada instante y siempre nos sorprende, incluso en los fallecimientos esperados. Es misteriosa, extraña y supone un duro golpe a esa sensación de inmortalidad con que se desarrolla nuestra vida”, reflexiona el teniente Colombo, mientras una lágrima se escapa por su mejilla derecha, con el corazón roto de dolor.
En estos momentos, el teniente Colombo recuerda las palabras de la activista política estadounidense Hellen Keller (1880-1968), quien dijo en una ocasión que “lo que una vez disfrutamos, nunca lo perdemos. Todo lo que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros mismos”. Sin duda, la hermana del teniente Colombo, y su eterna sonrisa, ya forman parte de su vida para siempre y cada caso de asesinato que resuelva a partir de ahora será un homenaje a ella. No la puede defraudar.

jueves, 28 de marzo de 2013

VOCEROS SIN ESCRÚPULOS

El teniente Colombo está empezando a cuestionarse seriamente la utilidad de la unión monetaria; al menos, mientras que al frente de la misma se mantengan sujetos como el presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem.
Este individuo –un botarate de los pies a la cabeza- se ha permitido el lujo esta semana de aterrorizar a los ahorradores de la Unión Europea lanzando a los cuatro vientos una propuesta descabellada y errónea, aplicable en futuras crisis bancarias de cualquier país, como la empleada en el caso de Chipre: efectuar cuantiosas quitas sobre los depósitos superiores a 100.000 euros. Es decir, expropiar, a mano armada, el dinero de millones de personas que, probablemente, con mucho esfuerzo y trabajo han conseguido ahorrar durante años (en algunos casos, durante toda su vida).
El teniente Colombo sigue sin entender por qué las crisis bancarias, o financieras, no las pagan exclusivamente quienes las han generado; es decir, aquellos que, sin control y sin escrúpulos, han sembrado el pánico en los mercados y han producido quebrantos irrecuperables a millones de personas e instituciones públicas y privadas. “Hacer pagar siempre a los contribuyentes, los ahorradores, los depositantes… es indigno, injusto, inmoral y jurídicamente inviable”, murmura el teniente Colombo, mientras intenta –sin éxito- quitar una mancha de grasa de su gabardina.  
“Si para esto sirve la Unión Europea, mejor no haber entrado”, reflexiona el teniente Colombo, todavía indignado por las palabras del eurofuncionario holandés que, con tanta alegría e irresponsabilidad, ha pronunciado hace unos días.

lunes, 18 de marzo de 2013

SANIDAD PÚBLICA, DIVINO TESORO

De sobra es sabido que el teniente Colombo no es votante del Partido Popular. Razones “estructurales” le impiden identificarse con unos políticos, y sectores afines, que se encuentran en las antípodas de su forma de entender la vida. Pero si, además, a esos planteamientos antagónicos se une la fiebre ultraliberal del Partido Popular por privatizarlo todo, y en particular, la sanidad pública, el ninguneo electoral del teniente Colombo se convierte en rechazo montaraz.
En ese afán enfermizo por reducir el déficit público, el Ministerio de Sanidad ha tomado –o piensa tomar a corto plazo- una serie de medidas que suponen fuertes restricciones en el acceso a fármacos recetados por los servicios de Oncología de todo el país. Medicamentos que un enfermo de cáncer debe ya “copagar” en la farmacia, como los protectores gástricos, antieméticos para las náuseas, analgésicos, laxantes, corticoides para la mucositis... aunque, por el momento, la quimioterapia y la radioterapia siguen siendo gratuitas. “Este Gobierno es capaz de todo, no se detiene ante nada, con tal de tener contenta a la Sra. Merkel”, reflexiona el teniente Colombo, que se une a la preocupación de oncólogos y pacientes.
A juicio del teniente Colombo, no es malo que se fije cierto grado de racionalidad en el uso de algunos fármacos muy caros, que antes de la crisis se recetaban “alegremente” y que suponían terapias de dudosa eficacia por lo avanzado de la enfermedad, pero no se observa el mismo “ímpetu” restrictivo en los puestos directivos de los hospitales, en el parque de coches oficiales ni en la contratación –a dedo- de puestos de confianza.
El teniente Colombo no puede estar más de acuerdo con unas recientes declaraciones del doctor Jesús García García-Foncillas, jefe del servicio de Oncología de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, que es partidario de "sin prescindir de nada y sin comprometer la seguridad del paciente, aprovechar la coyuntura para tratar de ser lo más eficientes posibles. Que lo que podamos invertir en prevención se traduzca en el máximo beneficio para el paciente". El teniente Colombo tiene serias dudas de que el Gobierno del Partido Popular tenga la misma sensatez y sensibilidad que el doctor García-Foncillas.

domingo, 10 de marzo de 2013

TODO LO QUE ERA SÓLIDO

Apenas unas horas después de aparecer en las librerías, el teniente Colombo no pudo resistir la tentación de hacerse con el último libro de Antonio Muñoz Molina, un ensayo que tiene por título Todo lo que era sólido (Seix Barral, 2013).
Muñoz Molina (el autor de cabecera del teniente Colombo) reflexiona en este libro sobre la crisis actual, y presenta una tesis muy clara: todo lo que existía, todo lo que dábamos por hecho y por derecho, de repente, ha dejado de existir o es puesto en cuarentena con muy mal pronóstico de futuro.
Aunque alejado del resto de la producción literaria de Muñoz Molina (Beltenebros, Beatus Ille, El jinete polaco, Ardor guerrero, Plenilunio o Sefarad), el ensayo Todo lo que era sólido invita a reflexionar sobre la difícil situación en la que estamos y pretende ser una mirada limpia y plenamente lúcida acerca de una enfermedad que empieza a hacerse crónica. “El ensayo no está exento de jugosas y divertidas anécdotas sobre la Expo del 92 y las visitas de autoridades españolas a Nueva York con el fin de promocionar los productos patrios, a costa siempre del erario público”, apunta el teniente Colombo, que ha disfrutado con este libro como siempre lo ha hecho con el autor jienense.
Muñoz Molina propone a los ciudadanos pasar a la acción, a exigir y dirigir un cambio de dirección, aunque siempre de forma moderada, respetuosa y por supuesto pacífica. Cree firmemente que "hace falta una serena rebelión cívica" y que debemos ponerla en marcha cuanto antes, porque "hay cosas inaplazables". El teniente Colombo no puede estar más de acuerdo con estas propuestas porque, además, están planteadas por una de las mentes más inteligentes del país.

sábado, 2 de marzo de 2013

LINCOLN

El personaje de Abraham Lincoln siempre ha ejercido sobre el teniente Colombo una especial fascinación. Tanto la época en la que se desarrolla la vida de Lincoln (primeros dos tercios del siglo XIX), como su lucha personal por abolir la esclavitud, y su trágico final, aportan a su figura poderosos elementos de atracción y seducción. Una vida muy cinematográfica.
Si en la época dorada de Hollywood la vida del 16º presidente de los Estados Unidos fue llevada a la pantalla, de forma magistral, por John Ford en El joven Lincoln (1939), con una soberbia interpretación de Henry Fonda; en esta ocasión, Steven Spielberg ha dotado al personaje de su inconfundible sello personal.
A pesar de su abultado metraje, Spielberg consigue mantener un ritmo fluido a lo largo de toda la película, que, en opinión del teniente Colombo, va de menos a más; atrapando al espectador en cada secuencia. La actuación de Daniel Day-Lewis es, sencillamente, sublime; de una fuerza dramática portentosa. La película cuenta también con un ramillete de secundarios a la altura del protagonista: Sally Field (compañera y esposa de Lincoln), Tommy Lee Jones (magistral de principio a fin), David Strathairn y James Spader, entre otros.
Para el teniente Colombo, Lincoln (Steven Spielberg, 2012) es una película redonda, técnicamente impecable. Puro entretenimiento. Cine con mayúsculas.

viernes, 22 de febrero de 2013

REDES.COM

El teniente Colombo creció con Bonanza, con Eliot Ness en blanco y negro, con un único canal de televisión (algunos afortunados también tenían el UHF), con los Planes de Estabilización del general Franco y con bocadillos de pan con chocolate para merendar. Nadie era capaz de imaginar por aquel entonces que la tecnología iba a cambiar la vida de las personas del planeta como lo ha hecho, y como lo está haciendo.
Un aspecto que al teniente Colombo le llama particularmente la atención en este desparrame tecnológico son las llamadas “redes sociales”. Twitter, Facebook, Linkedin… el imperio anglosajón. Confiesa, sin rubor, que únicamente participa –aunque de una manera pasiva- en feisbuk, y en un colectivo relativamente pequeño de contactos y amistades.
En esa participación pasiva, el teniente Colombo observa, de manera permanente, algunos hábitos curiosos: cómo hay personas que se pasan la vida de vacaciones o de fiesta, mostrando al resto de los mortales unas fotos a cual más original; cómo otros –la mayoría- son incapaces de opinar sobre algún tema propuesto con una frase de más de dos palabras, limitándose a un “jejeje” o un “qué bueno”; cómo otros –una minoría- aportan reflexiones y curiosidades interesantes; y cómo todos –sin excepción- buscan comunicación y la amplificación de aspectos de su vida.
A pesar de todo ello, y después del tiempo transcurrido desde que un estudiante de la Universidad de Harvard llamado Mark Zuckerberg se hiciera rico con Facebook, el teniente Colombo no cree que los resultados de las redes sociales hayan sido los esperados. “Es evidente que han demostrado algunas cosas valiosas, pero muchas menos de las expectativas que habían creado”, opina el teniente Colombo, mientras lucha denodadamente por dar vida a uno de sus habanos, a medio encender.
“¡Ay, si Daniel Boone levantara la cabeza!”, rezonga el teniente Colombo, cerrando esta reflexión en una fría mañana de febrero.

viernes, 15 de febrero de 2013

ELEFANTE BLANCO

Hacía tiempo que el teniente Colombo no se acercaba al llamado “cine social”. Con Elefante Blanco (Pablo Trapero, 2012), se ha puesto al día. La película narra la historia de amistad de dos sacerdotes, Julián y Nicolás, que tras sobrevivir a un intento de asesinato por parte del ejército durante su trabajo en Centroamérica, se asientan en una barriada marginal de Buenos Aires para desarrollar su labor social y de apostolado. Allí lucharán contra la corrupción, la jerarquía eclesiástica y los poderes gubernamentales y policiales, arriesgando sus vidas por defender su compromiso y lealtad hacia los vecinos del barrio.
La película toma su nombre de un edificio a medio construir, proyectado en 1937 por el diputado socialista Alfredo Palacios, ideado para ser el hospital más grande de América Latina; pero convertido, por el paso del tiempo y la desidia de los diferentes gobiernos argentinos, en un esqueleto de hormigón, símbolo de los más desfavorecidos y la marginación social.
El guión –en opinión del teniente Colombo- aborda, sin concesiones a la galería, la realidad de los problemas humanos y sociales de la barriada bonaerense, y fija, desde el primer momento, el estilo visual de la película. Tanto la pareja protagonista como los secundarios aportan espontaneidad y verosimilitud a la historia (Ricardo Darín, una vez más, es un ejemplo de rigor y profesionalidad). “No es una película redonda –quizás el director debería haber profundizado más en los dilemas morales y las dudas existenciales de los dos sacerdotes- pero convence en su objetivo de presentar una realidad marcada por la pobreza y la delincuencia sin límites”, opina el teniente Colombo, todavía conmovido por la secuencia en la que el padre Nicolás (solvente interpretación del actor Jérémie Renier) se adentra en una zona de narcotraficantes, transmitiendo al espectador toda la tensión y la angustia del miedo a lo desconocido.
Para el teniente Colombo lo mejor de la película ha sido la decisión del director de empezar y terminar de la misma manera: sin diálogos, cediendo el protagonismo a la imagen y la música. En este sentido, ha sido inevitable el recuerdo de otra película con una factura similar: “Pozos de ambición”, de Paul Thomas Anderson (2007), que muestra toda su épica en unos ocho iniciales memorables.

viernes, 8 de febrero de 2013

¿TIENE ESTO ARREGLO?

En cierta ocasión, Enrique Tierno Galván (1918-1986) aseguró que “en política se está en contacto con la mugre y hay que lavarse para no oler mal”. La reflexión del añorado político socialista parece especialmente oportuna en estos tiempos, en los que la corrupción y la ignominia de la clase política española están alcanzando cotas nunca vistas desde la muerte del dictador en 1975.
Para el teniente Colombo el asunto tiene muchas aristas y diferentes puntos de vista. De todos ellos, destacaría dos: “1) Es sorprendente que la clase política española –sin excepción- sea incapaz de prestar un servicio público desde la ejemplaridad, y, llegado el caso, no sea capaz de pedir perdón por errores o conductas inapropiadas; y 2) Es muy decepcionante que, en una situación como la actual de crisis prolongada y profunda, ningún partido político tenga una visión estratégica, ni de medio ni de largo plazo, para relanzar la economía y el empleo”.
Volviendo a la reflexión inicial del viejo profesor, “no parece que la clase política actual se lave muy a menudo”, reflexiona el teniente Colombo, desencantado de unos representantes públicos, que ya no representan a nadie, que viven en las antípodas de los problemas de la sociedad y que lo único que pretenden es perpetuarse en el poder y auto protegerse entre sí.

sábado, 2 de febrero de 2013

PARA GUSTOS, LOS COLORES

Hace unos días, el teniente Colombo se desayunó con la siguiente noticia: “Dos investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia y la de Oxford han comprobado que el chocolate sabe mejor en un vaso naranja o de color crema que en otro blanco o rojo. La pareja planteó un experimento donde 57 participantes tenían que evaluar muestras de chocolate caliente servido en cuatro tipos de vasos de plástico, del mismo tamaño pero de diferente color: blanco, crema, rojo y naranja con interior blanco. Los resultados revelaron que el sabor del chocolate servido en los vasos naranja y color crema gustó más, según los voluntarios que lo probaron. Estos resultados son relevantes para los científicos interesados en comprender cómo el cerebro integra la información visual, no solo de la propia comida, también del recipiente o el envase en el que se consume”.
El teniente Colombo ya ha comentado en más de ocasión lo que piensa de este tipo de estudios. Nunca podrá entender por qué la mente humana no dedica el tiempo, la inteligencia y los recursos a tratar de corregir todas las carencias y problemas que, desde hace siglos y cada vez con mayor virulencia, asolan a millones de personas en el planeta; en lugar de malgastar el talento y los presupuestos en proyectos absurdos que acaban olvidados en el disco duro de un ordenador.