“Definitivamente, este país no
tiene arreglo”, asevera el teniente Colombo, después de que la última moda
anglosajona se haya instalado en España para regocijo y satisfacción de los
grandes centros comerciales.
La maquinaria comercial nacional ha importado del
país de George Bush una cosa llamada “Black Friday”; y, además, sin traducir.
Probablemente –opina el teniente Colombo- no habrán tenido ni tiempo. Parece
ser que el objetivo del engendro, según reza la letra pequeña, es “anticipar
las compras navideñas, a precios más reducidos”.
"A este paso, y después de
haberse consolidado el dichoso Halloween y ese sujeto llamado Papa Nöel, ya
sólo falta que importemos el 4 de julio, el día de Acción de Gracias y el
aniversario de la muerte de Daniel Boone”, gruñe el teniente Colombo,
encolerizado por la falta de personalidad de su país.
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