miércoles, 25 de diciembre de 2013

L´ELISIR D´AMORE

Avanza la temporada de ópera en el Teatro Real de Madrid. En esta ocasión, el teniente Colombo se dejó caer por el templo operístico de la plaza de Oriente para asistir a la representación de L´elisir d´amore de Gaetano Donizetti (1797-1848), cantada por el elenco principal: Nino Machaídze (Adina), Celso Albelo (Nemorino), Fabio Maria Capitanucci (Belcore) y Erwin Schrott (Dulcamara).
 
Como hecho absolutamente excepcional, el director de escena Damiano Michieletto sitúa la historia en una playa, en plena temporada de verano. Una playa llena de luz y color, con toda la batería de tópicos habidos y por haber: un chiringuito, palmeras, muchas sombrillas, un vendedor de flotadores, hamacas y… niños, muchos niños, jugando en la arena y molestando al personal.
 
Vaya por delante que el teniente Colombo no conectó, en ningún momento, con la representación. Ni con la música, ni con los cantantes, ni con la escenografía. En su opinión, L´elisir d´amore es un barullo encima del escenario. “Resulta difícil mantener la concentración en el catálogo de melodías de Donizetti cuando, al mismo tiempo, una camarera está barriendo un chiringuito, diez personas juegan al voleibol, varios niños corretean entre las hamacas, un cuarteto juega una partida de cartas mientras toma el aperitivo, una pareja se afana en mantener en el aire una pelota de tenis, otra pareja cercana se broncea mutuamente… lo dicho: un barullo abigarrado y heterogéneo”, apunta el teniente Colombo, decepcionado por una representación en la que había puesto muchas esperanzas.
 
Así las cosas, abandonó el Teatro Real pasadas las once de la noche, se abrochó bien la gabardina para protegerse del frío otoñal, y decidió dar un paseo por la Gran Vía madrileña hasta la estación de metro de Banco de España.

 

1 comentario:

  1. Querido Colombo, teniente de homicidios, que como buen policía analiza pistas y sospechosos del crimen, aquí le mando un avance de los hallazgos de CSI:


    1) El elenco tiene algo en común ,,,, Italianos,,,,, excepto Erwin Schrott (Dulcamara), el charlatán itinerante que es medio uruguayo medio español, por el momento todo va encajando,

    2) El Director de escena, un veneciano de menos de 40 años, que necesariamente debe pensar en el mar, en los días de playa de plena temporada de verano, en la luz y el color. Su ciudad es radiante en esos días de sol, chiringuitos, sombrillas, vendedores y gondoleros que cantan por los canales, necesariamente tenía que pensar en ese montaje, y le acabó de decidir, aunque lo calle, su visita a Pachá en Ibiza.

    Sirvan los puntos anteriores para responder a las preguntas ¿Quién? Y ¿Dónde?
    Latinos, Sol, Mar, Playa, Luz, Barullo, Niños,,, y eso es el Sur … .

    El Sur, sin duda, ayuda a entender lo que parece desconcierto, y nos queda la piedra angular que le da sentido a todo, a la playa, las pelotas de tenis, y al propio argumento de la Opera, el vino que funcionó como elixir venciendo esa lágrimas furtiva,,,,

    Me pregunto qué hubiera dicho nuestro Teniente si en el montaje de la obra se hubiera ofrecido a los espectadores una copa de Rioja, que sin duda hubiera rivalizado con el elixir de Burdeos, y hubiera ayudado a entrar más en situación. Estando cerca la Plaza Mayor, un bocata de calamares hubiera ayudado,,, a alcanzar ese clímax que uno espera de estos eventos,

    Hablemos ahora del Cuando

    Estamos en esa Navidad que describes previamente y creo que para rematarla en la Obra podrían haber ofrecido, como alternativa, una copita de anís de la Alcoholera de Chinchón. anís del Mono (porque sigo pensando que Cataluña es España) pero en esa diversidad me vale también con anís La Castellana que su presencia siempre agrada.

    Hubiera sido detalles Kitsch, no me lo niegues,, además bajo el punto de vista del Sr. Montoro hubiera aliviado la balanza de pagos o el desequilibrio financiero autonómico con productos nacionales,,,,, genuinos.

    Que sería esta obra en Navidad sin unos buenos mantecados y polvorones, porque mi teniente, Vd. , tiene sus argumentos y yo los míos.

    A mí de pequeño me obligaban a comer mantecados y/o polvorones en estos días cuando iba a casa de mis tías o de mis amigos,,, Incluso en alardes de progresía me ponían una copita de anís, a veces casero pero eso sí en botella de marca… por entonces ya existía el garrafón, claro que eran exigencias del guión sin que mediaran hombres de negro.

    En cualquier caso, no me gustaba nada de eso,,, pero me divertía guardarme los polvorones en los bolsillos y echar el anís en las macetas,,,,

    Mi madre me decía:

    Hijo mío, que te echas a los bolsillos que tienen unas manchas que no sé cómo van a salir,,,, y yo me reía,,,,

    Con el tiempo he ido comprendiendo que en todo este barullo que envuelve la vida está el elixir de la vida y del amor,

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