domingo, 27 de julio de 2014

EUCHARISTIA


Casi un año después de la visita a la edición anterior de las Edades del Hombre (celebrada en la villa castellana de Arévalo, Ávila, bajo el título “Credo”), el teniente Colombo puso rumbo a la población burgalesa de Aranda de Duero, para disfrutar de la nueva exposición organizada por la fundación de la iglesia castellano-leonesa. El título elegido en este año 2014 ha sido “Eucharistia” (que, en griego, significa agradecimiento por una buena acción).
Siguiendo el consejo de la responsable de la oficina de turismo de Aranda, el teniente Colombo y su acompañante, optaron por dejar la visita a las iglesias en la que se ubica la exposición (Santa María y San Juan) para después de comer. El sol apretaba de firme a media mañana. Así las cosas, y después de disfrutar del coqueto, pero interesante, museo de cerámica; un magnífico lechazo castellano esperaba en la mesa de “El Lagar de Isilla”, donde fueron atendidos con amabilidad y profesionalidad.
Con el estómago lleno, y alguna que otra copita de orujo de hierbas en el cuerpo, el teniente Colombo y su compañera de comisaría, desafiaron los rigores del sol castellano y, con paso firme y decidido, se adentraron en la historia cultural y sacramental de Castilla y León. “La belleza de alguna de las obras expuestas, tanto en la iglesia de Santa María como en la de San Juan, resulta indescriptible. Los cuadros, los tapices, los bajorrelieves, los retablos, los cálices y los objetos expuestos, reconfortan el espíritu y hacen olvidar, al menos durante unas horas, el frenesí diario de la gran ciudad y la rapidez de lo cotidiano”, reflexiona el teniente Colombo, a punto de entrar en estado de ebullición, por los 38ºC de temperatura de una tarde de sábado de julio, que no olvidará con facilidad.
De las 130 obras expuestas, al teniente Colombo le llamaron particularmente la atención las siguientes: “Jarra y pan” (Antonio López, lápiz sobre papel, 1949); “Santa Cena” (Bartolomé Esteban Murillo, óleo sobre lienzo, 1650); “Cáliz de los Condestables de Castilla” (Anónimo, talleres de orfebrería burgaleses, 1487); y, sobre todo, “La Primera Comunión” (Joaquín Sorolla, óleo sobre lienzo, 1896).
El teniente Colombo, ya de vuelta en la Capital del Imperio, y con esas obras de arte todavía en la retina, espera, impaciente, la exposición del año que viene.

domingo, 20 de julio de 2014

LOS CUERPOS EXTRAÑOS


Dos años después de la irrupción en el mercado de “La marca del meridiano” (ver post del 10 de diciembre de 2012), el escritor madrileño Lorenzo Silva vuelve a poner a prueba la perspicacia y el olfato del brigada Bevilacqua y la sargento Chamorro, dirigiendo sus pasos hacia una localidad levantina donde unos turistas encuentran en la playa el cadáver de la joven regidora municipal.
Nada más aparecer en las librerías esta nueva aventura literaria de la pareja de picoletos Bevilacqua y Chamorro (“Los cuerpos extraños”, editorial Destino, primera edición, junio 2014), el teniente Colombo no ha esperado ni un minuto para zambullirse, a pleno pulmón, en las turbulentas aguas del caso de asesinato y corrupción que, sus colegas de la Guardia Civil, tienen que resolver en apenas 72 horas.
La novela ha colmado, con creces, las expectativas del teniente Colombo. “Domina, desde el principio, un ritmo frenético, un lenguaje castizo y coloquial (muy pegado a la realidad tecnológica de los nuevos tiempos) y una descripción de los personajes realmente compleja y, en ocasiones, arrebatadoramente sórdida”,  comenta el teniente Colombo, todavía abducido por la sagacidad y la perseverancia de un héroe literario como el brigada Bevilacqua.
“Si hay un escritor que se inspira en la realidad, como punto de partida para construir un mundo de ficción y una trama criminal que mantiene la tensión del lector hasta el final, ése es Lorenzo Silva”, concluye el teniente Colombo, mientras aprovecha las últimas horas de luz de un domingo de julio, caluroso y aburrido, saboreando un jugoso zumo de tomate.

sábado, 12 de julio de 2014

GOWEX: UN CANTAR MUY DESAFINADO



Fonéticamente suena igual que la enloquecida Go West de los Hermanos Marx (dirigida por Edward Buzzell en 1940), e, incluso, se le puede aplicar perfectamente una de las geniales frases de Groucho Marx en la secuencia inicial de la estación, mientras Chico y Harpo le intentan estafar: “Señores, ese es otro cantar, y muy desafinado”.

GOWEX (sociedad prestadora de servicios wifi gratuitos) ha resultado ser, precisamente, eso: un cantar muy desafinado. Y el teniente Colombo no sale de su asombro. Una vez más (¿y van?) han saltado por los aires todos los controles que, aparentemente, tienen establecidos las autoridades financieras del país (Comisión Nacional del Mercado de Valores, Comisión del Mercado Alternativo Bursátil y el propio Ministerio de Economía); además del control privado que supone una auditoría externa independiente. “Ninguno se enteró de que GOWEX era un bluff, un fiasco financiero en toda regla”, masculla, hastiado y aburrido, el teniente Colombo, recordando los casos de Gescartera, Fórum Filatélico, Bankia, Parmalat, Catalunya Banc, Caja Castilla-La Mancha, etc., etc., etc.

El teniente Colombo se pregunta para qué sirve tanta regulación y tanto protocolo normativo (que, en ocasiones, estrangula a las empresas por sus elevados costes de implantación y mantenimiento), si a la hora de la verdad el sistema no es capaz de detectar, de forma preventiva, situaciones fraudulentas como las de GOWEX.  

“Una vez más nadie se ha enterado de nada, todo el mundo es inocente y a ningún burócrata el fraude de GOWEX le ha costado –todavía- el puesto. Eso sí, el ministro de Economía ha prometido mejorar la regulación en este ámbito para que situaciones como ésta no se vuelvan a repetir”, repite el teniente Colombo, mientras se queda más tranquilo después de la promesa del ministro.