La ratatouille es una especialidad de la cocina francesa, elaborada
con diferentes hortalizas, originaria de la región de la Provenza (sureste de
Francia). Es un plato frecuente en los meses de verano, y se sirve solo, o
acompañado de pan, arroz, cuscús,
y, en ocasiones, como guarnición de algún plato de carne
o pescado.
Se puede servir frío o caliente, al gusto del comensal.
En 2007 los estudios
Pixar/Disney convirtieron esa especialidad francesa en una película de
animación: Ratatouille (dirigida por
Brad Bird). En ella, una rata llamada Remy sueña con convertirse en un gran
chef francés, a pesar de la oposición de su familia y de la sociedad que,
evidentemente, detesta a los roedores. El destino lleva a Remy al famoso
restaurante parisino de Auguste Gusteau, en el que, de incógnito, ayuda a un
joven aprendiz de chef a convertirse en un gran cocinero.
Para el teniente
Colombo esta deliciosa película contiene dos de sus grandes pasiones: el cine y
la gastronomía. Por diversas circunstancias, y a pesar de haberse estrenado
hace seis años, no la había visto hasta ahora. “Ratatouille tiene el encanto y la imaginación de los grandes
clásicos de Disney, con un humor inteligente y sofisticado, y, además, es
impecable desde el punto de vista técnico”, apunta el teniente Colombo, todavía
reconfortado por las casi dos horas que pasó delante del televisor, disfrutando
con las aventuras culinarias de la rata Remy.
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