jueves, 30 de agosto de 2012

PRIMER ANIVERSARIO

Hoy hace exactamente un año, el 30 de agosto de 2011, nacía este blog: El espíritu del teniente Colombo. Desde entonces, con una fidelidad inquebrantable y un estado de ánimo solícito y atento a la realidad, el teniente Colombo ha transmitido a sus fieles seguidores (una “pequeña legión” ya) sus sentimientos, sus opiniones, sus emociones, sus penas, sus dudas, sus inquietudes, sus desasosiegos, sus temores, sus alegrías,… siempre con sinceridad y pasión. Y lo va a seguir haciendo, con más ilusión si cabe.
Dicho lo cual, el teniente Colombo aplasta el cigarro en el cenicero de su coche rebosante de colillas, sacude la boquilla, se la guarda en el bolsillo de la americana y pone en marcha su Peugeot 504 de 1959, rumbo a la comisaría en busca de nuevos casos de asesinato que resolver.
Una vez allí, deja la gabardina en el perchero, enciende un nuevo cigarro, dispone su bloc de notas y comprueba la mina del lapicero: ¡en perfecto estado! A partir de este momento, todo lo que ocurra a su alrededor puede ser motivo de una nueva reflexión en su blog…

viernes, 24 de agosto de 2012

DE PASEO POR MARTE

Hace algunas semanas, mientras miraba de reojo un informativo cualquiera, el teniente Colombo no salía de su asombro al ver a un nutrido grupo de especialistas de la NASA dar saltos de alegría y abrazarse entre sí como si a cada uno de ellos le hubiera tocado la lotería primitiva (con bote).
Resulta que un vehículo de exploración robótica llamado Curiosity había aterrizado en Marte, con una precisión milimétrica. Cinco años había tardado la NASA en decidir el lugar exacto del aterrizaje, revelaba el locutor. Este laboratorio lunar –seguía el periodista con sus explicaciones- realizará numerosos análisis químicos con el fin de estudiar si en el cráter Gale hay minerales que pueden haberse formado con agua. El objetivo básico de la misión, en todo caso, es averiguar si el planeta rojo fue, en algún momento, adecuado para la vida, remataba el informador en su análisis de la noticia.
“¡Ahí es nada, resulta que tanta algarabía y emoción para esto!”, concluye, sorprendido, el teniente Colombo, al comprobar el origen real de aquel alboroto de los cerebros de la NASA. En un principio, y dado que apenas estaba prestando atención a los comentarios del periodista, el teniente Colombo pensó que aquellas muestras de alegría –algunos científicos casi tocaban el techo con sus cabezas, con saltos más propios de canguros australianos que de seres humanos- estaban justificadas por algún hallazgo de la máxima importancia para la Humanidad: el descubrimiento de la vacuna definitiva contra el cáncer, un acuerdo a nivel mundial contra la hambruna de millones de personas, la extensión de la sanidad pública para cualquier ser humano del planeta, un pacto firme y decidido por parte de todos los países miembros de las Naciones Unidas para luchar contra las dictaduras del siglo XXI y evitar millones de muertes y personas desplazadas, etc., etc., etc. Pero resulta que la causa era otra bien distinta: la posible existencia de vida en Marte… ¡nada más y nada menos!
El teniente Colombo enciende uno de sus puros y, desolado, comprueba, por enésima vez, a qué dedican las grandes potencias mundiales el dinero, el tiempo y la inteligencia de personas de gran valía: a matar moscas con el rabo.

lunes, 20 de agosto de 2012

UN PARAÍSO ENTRE PINOS

Vilviestre del Pinar es un municipio del sureste de la provincia de Burgos, bañado por las aguas del río Arlanza, en la comarca de la Sierra de la Demanda. La mayor parte del término se dedica a monte alto de pino silvestre o pino albar  y pino negral, para producción de madera y muy secundariamente para pastos.

Este fin de semana, el teniente Colombo ha tenido la fortuna de disfrutar, con intensidad, de este entorno maravilloso. Ha conocido el frontón viejo y el frontón nuevo de Vilviestre (por lo visto, una de las grandes aficiones de sus habitantes), la plaza del Ayuntamiento, el nuevo Centro de Salud, el parque del Alto del Campo con su parque infantil y su zona ajardinada, sus empinadas calles, la iglesia de San Martín de Tours (que combina los estilos gótico, renacentista y barroco), la localidad próxima de Quintanar de la Sierra (que ofrece una gastronomía extraordinaria), las estribaciones de la Sierra de Neila, los Picos de Urbión… en definitiva, dos días alejado del ritmo frenético de la ciudad y de los casos de asesinato que tanto perturban su estado de ánimo.

Pero, sobre todo, el teniente Colombo (quien en esta ocasión había dejado su gabardina en casa, debido a la ola de calor que ha asolado el país) ha podido disfrutar de una compañía excepcional: la familia de su compañero y amigo Javier Mediavilla. Una familia que le ha acogido como uno más, abriéndole las puertas de su casa y de su corazón. Si el teniente Colombo (subido a una torre de alerta de incendios, a 21 metros de altura) ha podido respirar en Vilviestre un aire puro y reconfortante como hacía tiempo que no conocían sus pulmones, el aire que ha respirado en compañía de esta familia ha sido un vendaval de honestidad, de naturalidad, de afabilidad y franqueza. Desde este mismo momento, el teniente Colombo sitúa Vilviestre del Pinar en el mapa, y en su corazón (*).

(*) El teniente Colombo dedica esta reflexión, con afecto y profundo agradecimiento, a Javier Mediavilla, amigo, excelente profesional y mejor persona.

martes, 14 de agosto de 2012

NUEVA TEMPORADA, ILUSIONES RENOVADAS

En El secreto de sus ojos (Juan José Campanella, 2009), varios personajes discuten acaloradamente sobre fútbol y, de manera espontánea, uno de ellos afirma: “Un tipo puede cambiar de todo, de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios, pero hay una cosa que no puede cambiar: no puede cambiar de colores”.
En unos días arranca un nuevo campeonato de Liga. El curso 2012-2013. Una nueva temporada, repleta de nuevas ilusiones. Jugadores que cambian de equipo (aunque juraron amor eterno a su scuadra de procedencia, besando su escudo en tantas ocasiones); periodistas deportivos, defendiendo sus colores (dentro y fuera del campo); presidentes de clubs lanzando mensajes de esperanza y, sobre todo, tópicos, muchos tópicos; televisiones que imponen la dictadura de unos horarios disparatados; y… los aficionados, que un año más renuevan (incluido el teniente Colombo) sus ilusiones, sus anhelos y sus expectativas. La fe en los colores –como sentenciaba el personaje de Campanella- más allá de la razón.
“¿Será este año el definitivo, el año en el que el Atleti –la “liturgia” del teniente Colombo- derrote al eterno rival, por lo civil o por lo criminal?”, se pregunta el teniente Colombo con recelo, ante el más que probable este año, tampoco. La primera oportunidad, el 2/12/2012 en el estadio merengue del Paseo de la Castellana; la segunda, el 5/5/2013 en el santuario rojiblanco del Vicente Calderón. ¡Comienza el espectáculo!

viernes, 3 de agosto de 2012

RIÑA DE GATOS. MADRID 1936

La temporada de verano es propicia para la lectura. Sobre todo, para el teniente Colombo, ya que a lo largo del año le resulta muy difícil adentrarse en las profundidades de una buena novela. La escasez de tiempo, y el cansancio, son sus peores enemigos. En esta ocasión ha recurrido a un viejo conocido, Eduardo Mendoza, que recupera el pulso de sus mejores dotes narrativas con “Riña de gatos. Madrid 1936” (Ed. Planeta, 1ª edición, octubre 2011).
La acción transcurre en el Madrid de 1936, poco antes de la sublevación militar que desembocaría en la Guerra Civil española. El protagonista es un ciudadano británico, Anthony Whitelands, que llega en tren a Madrid tras aceptar realizar un trabajo para la aristocrática familia del duque de la Igualada, que quiere que le tase unos cuadros de su colección, con objeto de vender uno en el extranjero, y poder disponer de dinero fuera si necesita escapar cuando la situación en el país desemboque en un conflicto armado. A Mr. Whitelands le vigila la policía y, sin comerlo ni beberlo, se ve envuelto en una compleja confabulación marcada por oscuros intereses.
La idea central de la novela, que al teniente Colombo le ha parecido muy ingeniosa, le sirve al autor para sacar a la luz un ramillete de personajes, en unos casos de ficción y, en otros, históricos como Rafael Sánchez Mazas  -fundador de la Falange- y el propio José Antonio Primo de Rivera, que ven como sus aventuras y desventuras se entrecruzan en un Madrid prebélico, abducidos por una atmósfera de conspiración y alboroto. El talento descriptivo de Mendoza, en opinión del teniente Colombo, se vuelve a poner de manifiesto en esta ocasión, como ya ocurriera en “La ciudad de los prodigios”, una de sus novelas más exitosas.
“Sin duda, Riña de gatos. Madrid 1936 tiene interés y atrapa al lector de principio a fin. Se trata de un buen libro, con una adecuada combinación de humor y rigor histórico y, desde luego, muy recomendable”, concluye el teniente Colombo, atrincherado en el salón de su casa con el aire acondicionado a pleno rendimiento.