sábado, 22 de febrero de 2014

CRISIS? WHAT CRISIS?


El diario EL PAÍS ha publicado recientemente los resultados de un estudio de la Autoridad Bancaria Europea (ABE) sobre los ejecutivos, del ámbito financiero, que más retribuciones percibieron en el continente en el ejercicio 2012: en total, 100 de ellos cobraron más de un millón de euros. De acuerdo con los datos del informe de la ABE, España se sitúa en el quinto lugar en la clasificación de los financieros millonarios, detrás de Reino Unido, Alemania, Francia e Italia.
Así las cosas, y mientras trata de dar vida a uno de uno de sus puros, el teniente Colombo se hace las siguientes preguntas, para que cada cual las responda según su criterio: ¿Es razonable que un ejecutivo perciba un salario (incluyendo bonus) de uno, dos, tres, cuatro millones de euros… o incluso más? ¿Tanto repercute su gestión en la cuenta de resultados de las entidades, como para percibir unos emolumentos de ese calibre? ¿Es razonable que sus ingresos representen 100 ó 150 veces el salario del empleado de menor nivel? ¿Están justificadas las indemnizaciones mil-millonarias, por muy privadas que sean las entidades financieras, a ejecutivos que, en muchos casos, son despedidos por mala gestión?
El teniente Colombo se imagina a esos 100 ejecutivos españoles como el personaje de la portada del disco que Supertramp editó en 1975: aquel tipo sentado en una hamaca, protegido por una sombrilla y con su refresco de cola preparado, mientras a su espalda las fábricas echan humo, en un fondo en blanco y negro. Todos ellos pensando, seguramente, Crisis? What Crisis?

domingo, 16 de febrero de 2014

FIEBRE ULTRALIBERAL


El 18 de marzo de 2013, en este mismo blog, el teniente Colombo manifestaba su irritación por la voracidad ultraliberal –en forma de privatizaciones sanitarias- que los dirigentes del Partido Popular en Madrid estaban llevando a cabo. Esa fiebre privatizadora –denominada eufemísticamente “externalización sanitaria madrileña”- se cebaba en uno de los mayores logros de la sociedad democrática y del llamado Estado del Bienestar (o lo que queda de él): la Sanidad pública. Nada más y nada menos.
El pasado mes de enero de 2014, y después de muchos meses de lucha de los sectores afectados por ese disparate Popular, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid decidió mantener la suspensión cautelar del proceso, para evitar “perjuicios de imposible reparación”. Así las cosas, el presidente de la Comunidad de Madrid anunció que quedaba sin efecto la externalización sanitaria de los hospitales madrileños. La resolución le ha costado el puesto al consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, al que, rápidamente, se le buscó una colocación bien remunerada en el sector público Local.
El teniente Colombo se congratula del fracaso de los dirigentes del Partido Popular en esta materia, y felicita desde este blog a todos aquellos que han luchado, a brazo partido, por frenar una decisión que hubiera supuesto el mayor atentado, en la reciente historia moderna, contra el sistema público de salud. “El Partido Popular ejemplifica perfectamente la famosa frase del filósofo inglés Thomas Hobbes (1588-1679), por la cual el hombre es un lobo para el hombre”, reflexiona el teniente Colombo, que sigue sin entender por qué el asunto sólo le ha costado el puesto al consejero de Sanidad, mientras que su jefe –el presidente de la Comunidad de Madrid-, que dio el visto bueno y apoyó el proyecto, sigue en el cargo.
Ahora bien –apunta el teniente Colombo- esta decisión judicial no debe eximir a los responsables de la Sanidad madrileña de seguir trabajando por un modelo público de salud, gratuito y, al mismo tiempo, de calidad y eficiente. “Una cosa es no privatizar la Sanidad pública, y otra, muy distinta, que haya barra libre presupuestaria y descontrol”, opina el teniente Colombo, expectante ante la próxima ocurrencia liberal de los dirigentes del Partido Popular.

sábado, 8 de febrero de 2014

SECRETARIA EN DIFERIDO


Hace unos días, el Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid acogió, con la solemnidad que requería la ocasión, la Convención Nacional del Partido Popular. Al teniente Colombo el acto le interesaba lo mismo que la cría del caracol en las laderas del Himalaya.
Sin embargo, apareció “ella”, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. Esa mujer que, con tanta claridad y precisión fiscal, explicó a todos los españoles hace un par de años el diferimiento del finiquito del extesorero del PP, Luis Bárcenas, como si acabara de inventar, ella solita, la legislación tributaria de la era moderna de la democracia española.
Este personaje de la comunicación, en lucha permanente por el trono de Epi y Blas, volvió  a ser el centro de atención en la Convención de su partido. En mitad de su discurso –de una calidad gramatical y sintáctica absolutamente lamentable- lanzó a los cuatro vientos otra de sus perlas: “En la actual situación del país es el Partido Popular o la nada”. Sus compañeros de partido, exultantes por tamaña afirmación, saltaron de sus butacas presos de la emoción.
Al teniente Colombo la señora Cospedal le parece una analfabeta integral. Una especie de “señorita Pepis”, vacía de contenido, y sin ningún tipo de valía profesional ni política. Al teniente Colombo, la frase de la secretaria general del PP le trajo a la memoria a esos líderes que se creen investidos de un halo divino para gobernar a sus pobres e ignorantes pueblos. Son ellos o el caos. Asesinos y dictadores como el egipcio Mubarak, Robert Mugabe, Gadaffi, Hugo Chávez, Lukashenko; y, en su momento, Hitler, el general Franco, Pinochet… y tantos y tantos otros déspotas, miserables e incultos, que someten a sus pueblos con políticas de terror y humillaciones permanentes.
El teniente Colombo, pertrechado con su inseparable gabardina, espera –expectante- la próxima perla de la secretaria general del Partido Popular. Su caudal es inagotable.

martes, 4 de febrero de 2014

SABIO, ETERNO... Y LEYENDA


La primera vez que el teniente Colombo lloró en un campo de fútbol fue en el homenaje a José Eulogio Gárate, en el estadio Vicente Calderón (corría el año 1977). La imagen del “eterno 9”, de su querido Atleti, saliendo del túnel de vestuarios apoyándose en dos muletas por aquella extraña, y contumaz, lesión de hongos en una de sus rodillas, heló la sangre, y el alma, de los 54.000 hinchas que se dieron cita aquel día, incluido el teniente Colombo, en el estadio de la Ribera del Manzanares.
La segunda vez que el teniente Colombo ha llorado en un estadio de fútbol fue el pasado domingo, 2 de febrero, en el homenaje que la afición colchonera dedicó al que ya es una leyenda atlética: Luis Aragonés, fallecido unos días antes. Para el teniente Colombo, el “Zapatones de Hortaleza” ha ejemplificado, como pocos, el verdadero espíritu atlético. Un espíritu forjado a base de lucha, de trabajo, de esfuerzo, de verdad y de profesionalidad. En la moviola del recuerdo  del teniente Colombo, Luis Aragonés siempre se le representará lanzando aquel histórico libre directo en el estadio Heyssel de Bruselas, superando con facilidad la barrera humana del Bayern de Münich  y al gran Sepp Maier, que nada pudo hacer por detener el balón. ¡Gol de Luis, gol del Atleti! La Copa de Europa estaba a un milímetro del Manzanares. Era el día de San Isidro de 1974. Lo peor fue lo que ocurrió minutos más tarde…
En este momento para el recuerdo, el teniente Colombo, con lágrimas en los ojos, sólo puede decir: “Gracias, Luis, hasta siempre, Zapatones”.