El diario EL PAÍS ha publicado recientemente
los resultados de un estudio de la Autoridad Bancaria Europea (ABE) sobre los
ejecutivos, del ámbito financiero, que más retribuciones percibieron en el
continente en el ejercicio 2012: en total, 100 de ellos cobraron más de un millón de euros. De acuerdo con los datos del informe de la ABE, España se sitúa
en el quinto lugar en la clasificación de los financieros millonarios, detrás
de Reino Unido, Alemania, Francia e Italia.
Así las cosas, y mientras trata de dar vida a uno de uno de sus puros, el
teniente Colombo se hace las siguientes preguntas, para que cada cual las
responda según su criterio: ¿Es razonable que un ejecutivo perciba un salario
(incluyendo bonus) de uno, dos, tres,
cuatro millones de euros… o incluso más? ¿Tanto repercute su gestión en la
cuenta de resultados de las entidades, como para percibir unos emolumentos de
ese calibre? ¿Es razonable que sus ingresos representen 100 ó 150 veces el
salario del empleado de menor nivel? ¿Están justificadas las indemnizaciones mil-millonarias, por muy privadas que
sean las entidades financieras, a ejecutivos que, en muchos casos, son
despedidos por mala gestión?
El teniente Colombo se imagina a esos 100 ejecutivos
españoles como el personaje de la portada del disco que Supertramp editó en
1975: aquel tipo sentado en una hamaca, protegido por una sombrilla y con su
refresco de cola preparado, mientras a su espalda las fábricas echan humo, en
un fondo en blanco y negro. Todos ellos pensando, seguramente, Crisis? What Crisis?