domingo, 20 de octubre de 2013

IL BARBIERE DI SIVIGLIA


Entre las rarezas del teniente Colombo está su afición por la ópera. Ya va para dos lustros que su gran amigo, y compañero de comisaría, Manolo Arias, le metiera el gusanillo en el cuerpo con aquel Don Carlo de Verdi, que cosió al teniente Colombo al mundillo del bel canto para siempre.
El curso 2013-2014 se ha inaugurado en el Teatro Real de Madrid con la programación de Il barbiere di Siviglia, de Giachino Rossini (1792-1868), melodrama buffo en dos actos, bajo la batuta del director checo Tomas Hanus, y Emilio Sagi como director de escena.
Al teniente Colombo, desde su bisoñez operística, le llamó particularmente la atención la puesta en escena, estética y colorista. En ocasiones, tuvo la sensación de estar asistiendo a la composición de un rompecabezas. La originalísima representación del discurso de la Calumnia, con unos movimientos de sábana –movidos por el viento- que van in crescendo poco a poco permanecerá en su memoria por una buena temporada. En cuanto a los intérpretes, el teniente Colombo destacaría, sobre todo, a Susana Cordón (divertida en su papel de Berta), al barítono portugués José Fardilha (muy bien en su cómica recreación de Bartolo), y, en menor medida, al barítono rumano Levente Molnár (en el papel de Fígaro). El resto del elenco no fue capaz de emocionar al teniente Colombo.
"En líneas generales, Il barbiere di Siviglia es una representación correcta, amable y digna, pero sin llegar a entusiasmar. En todo caso, merece la pena el precio de la entrada, sin duda”,  concluye el teniente Colombo, mientras repasa el programa de mano en el metro, de vuelta a casa.

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