miércoles, 30 de mayo de 2012

¡HAY QUE SER BURRO!

Hace algunas lunas, el teniente Colombo se desayunaba con la siguiente noticia: “Herido grave un vecino de Gijón de 63 años tras sufrir un brutal ataque de dos burros. Por fortuna, se encuentra fuera de peligro. Se desconocen las causas de la violenta reacción de los jumentos, una especie generalmente considerada pacífica”.
“¡Cómo está el patio, hasta los burros están de los nervios!”, murmura el teniente Colombo, mientras apura su segunda tostada de la mañana, salpicada con aceite de oliva extra virgen. La noticia, no obstante, le hace reflexionar sobre los motivos que pudieron llevar a los rucios a semejante reacción. Se plantea algunas alternativas: ¿estarían cansados, quizás, de que su dueño les recortara cada día la ración de alfalfa? ¿Estaban soliviantados porque su propietario había dejado de invertir en mejorar las condiciones del establo? ¿Ha sido una forma de protesta porque unos meses atrás otros dos burros, compañeros suyos, habían sido sacrificados mediante un ERE para ahorrar costes en la granja? ¿Estaban hartos de tener que llevar cada día una carga más pesada, recibiendo cada vez menos zanahorias?
Sin duda, al teniente Colombo la noticia le parece una buena moraleja sobre la situación actual. Ya lo dice el refrán: “Cuando los burros se hartan de llevar sobre sus espaldas el peso de la crisis, apalean al amo”. Total, no tienen nada que perder. A buen entendedor…

viernes, 25 de mayo de 2012

EL BANCO DE ESPAÑA O EL CANTO DEL CISNE

El inicio de la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria el 1 de enero de 1999 supuso la redefinición de algunas de las funciones ejercidas hasta entonces por los Bancos Centrales nacionales de la zona euro. Desde esa fecha, el Banco de España tiene encomendadas una serie de responsabilidades, entre las que destacan las siguientes: 1) Promover el buen funcionamiento y la estabilidad del sistema financiero; 2) Supervisar la solvencia; y 3) Asesorar al Gobierno.
A la vista del marco establecido en 1999, el teniente Colombo –aturdido por la cascada de malos presagios que asolan cada día al sistema financiero español- entiende, más que justificadas, las críticas que están emergiendo, desde diversos ámbitos, sobre la actuación del Banco de España. No parece que haya sido capaz –en opinión del teniente Colombo- de prever la quiebra de algunas de las principales entidades nacionales (Bankia, Caja Castilla La Mancha, Caja de Ahorros del Mediterráneo, etc.); ni ejercer, con firmeza y rigor, la función supervisora. Del asesoramiento al Gobierno, mejor no hablar.
Así las cosas, y teniendo en cuenta que próximamente dos agencias independientes valorarán la calidad de los activos del sistema financiero español, y que la coordinación de esa valoración la va a llevar a cabo el Banco Central Europeo, el teniente Colombo tiene serias dudas de la reputación del Banco de España. Es evidente que ha quedado en entredicho. Seriamente dañada. No sería de extrañar que le ocurriera como a ese investigador que, indagando en el legado de Leonardo da Vinci, se encontró una nota que decía: “El cisne es blanco, sin ninguna mancha, y canta dulcemente antes de morir; ese canto pone fin a su vida”.
Dicho lo cual, y mientras intenta resucitar uno de sus puros a medio fumar, el teniente Colombo arranca su coche rumbo el estadio Vicente Calderón (el coliseum de sus amores), para disfrutar de la final de la Copa del Rey entre el Athletic Club de Bilbao y el FC Barcelona. Le han invitado a un Palco VIP, y no se ha podido negar...

martes, 22 de mayo de 2012

MORIR DE CINE

En cierta ocasión, un afamado periodista le preguntó a John Ford qué era para él el cine, y el gran director irlandés le contestó: “¿Usted ha visto andar a Henry Fonda? Pues eso es el cine”. No es la primera vez, ni va a ser la última, que el mundo del cine navegue por las aguas del blog del teniente Colombo.

En una tarde primaveral, calurosa, con esa luz del atardecer que sólo se puede ver en el cielo de Madrid, el día de San Isidro apura sus últimas horas. El teniente Colombo, con cierto aire de melancolía y un punto de languidez, revisa, embobado, su modesta biblioteca. Haciendo un recuento rápido, registra en su bloc de notas hasta 85 volúmenes dedicados al Séptimo Arte. Biografías, libros de autor, enciclopedias, guiones, monográficos sobre películas, etc. Se los ha leído todos, y algunos títulos varias veces.

En su recorrido se tropieza con un libro de José Luis Garci titulado “Morir de cine” (Editorial Nickel Odeon, 2ª edición, 1993); que el teniente Colombo leyó por primera vez hace casi 20 años. Le ha vuelto a llamar la atención la dedicatoria que, del libro, hace el director madrileño a sus padres. Reza así: “Gracias a los dos por regalarme una infancia tan maravillosa. Por dejarme oír la radio a todas horas, por comprarme cada semana, durante años, un librito de la Enciclopedia Pulga –“El saber no ocupa lugar”-; por no enfadaros nunca cuando me sorprendíais jugando a las chapas en el comedor o transformando las pinzas de la ropa en un Colt 45. Por los miles de tebeos, sobres de cromos y cartuchos de pipas que me disteis, y, claro, por haberme llevado a todos los programas dobles de los cines de barrio”.

“¿Puede haber mayor pasión por el cine?”, se pregunta el teniente Colombo, mientras una fina  lágrima recorre su mejilla derecha al recordar, emocionado, como José Luis Garci, los programas dobles del cine de su barrio (el cine Galaxia…).

martes, 15 de mayo de 2012

VENTOSIDADES PELIGROSAS

Decía Albert Einstein (1879-1955) que hay dos cosas que son infinitas: el universo y la estupidez humana; de la primera no estoy muy seguro.
Al teniente Colombo le ha venido a la cabeza ese pensamiento al comprobar a qué dedican su tiempo, y recursos, algunos científicos. Resulta que unos investigadores de la Universidad John Moores de Liverpool han descubierto, mediante un sencillo modelo matemático, que los saurópodos que vivieron durante el Mesozoico emitieron considerables cantidades de metano con sus ventosidades, lo que contribuyó significativamente al calentamiento del clima. Han calculado que esos dinosaurios expulsaban unas 520 toneladas de metano al año. Y se han quedado tan a gusto (los científicos).
“Que en este momento, en el que los principales problemas de la humanidad siguen sin estar resueltos, se dediquen partidas presupuestarias a este tipo de investigaciones, resulta poco menos que insultante”, reflexiona el teniente Colombo, meditabundo, de camino a la comisaría.

jueves, 10 de mayo de 2012

DEL FRAUDE FISCAL Y OTROS ATROPELLOS

A finales de 2011, The New York Times publicó una serie de artículos sobre la Hacienda Pública española en los que demostraba que el mayor volumen de fraude fiscal se localiza, fundamentalmente, entre los grandes patrimonios del país. En concreto, y según la propia Agencia Tributaria, el 74% del fraude fiscal se concentra en dicho colectivo, con un total de 44.000 millones de euros que el Estado español (incluyendo el central y los autonómicos) no ingresa.
El teniente Colombo, todavía aturdido por los datos, saca su bloc de notas y echa cuentas. Resultado: esa cifra se aproxima al déficit de gasto público social de España respecto de la media de la Unión Europea-15 (66.000 millones de euros). Es decir, el gasto que España debería dedicar a su Estado del Bienestar, y no puede hacerlo porque no recauda ese dinero.
Mientras tanto: 1) la Agencia Tributaria dedica sus mayores esfuerzos a perseguir el fraude fiscal entre los autónomos y los profesionales liberales, que representan sólo un 8% de la bolsa estimada de fraude; y 2) el gobierno conservador que actualmente está en el poder en España, aplica medidas de política monetaria y fiscal de carácter restrictivo, que penalizan, en un altísimo porcentaje y de forma severa, a la clase media del país, donde el fraude fiscal es prácticamente testimonial, por no decir inexistente.
En este caso, al teniente Colombo le ocurre lo mismo que con las películas de Ingmar Bergman: que no entiende nada. Y tiene una duda: “¿esta situación es consecuencia de la ineficacia de la Hacienda Pública, o de la permisividad de los diferentes gobiernos que, en casi 40 años de democracia, no se han atrevido a intervenir –con determinación- para cauterizar esta sangría de ingresos?”.

domingo, 6 de mayo de 2012

RACHAS DE INSPIRACIÓN

En cierta ocasión, en una tertulia literaria, un joven aprendiz de poeta le hizo a Julio Camba (periodista y escritor, 1882–1962) la siguiente pregunta: “Don Julio, ¿no es cierto que hay días que no está uno para nada?” A lo cual, Julio Camba le respondió: “Años, hijo mío, años”. Algo parecido le ocurre, a menudo, al teniente Colombo.
Acostumbrado a madrugar -durante la semana por obligación y en fin de semana por devoción- el teniente Colombo, un sábado más, se ha levantado temprano, se ha tomado su copioso desayuno mientras veía una película antigua en la TV de la cocina, ha aireado la casa y, firme y decidido, se ha puesto delante del ordenador con el fin de seguir dando vida a su blog. Remolonea unos minutos, mira por la ventana, examina unos viejos apuntes, repasa el correo de la semana, escribe un par de frases, las borra, las vuelve a reescribir… ¡nada, que no hay manera! El teniente Colombo tiene un día Julio Camba.
¡De repente, como si un haz de luz atravesara su mente en forma de inspiración, encuentra lo que buscaba! Atropelladamente, se le acumulan las palabras, las citas, los personajes, las situaciones… ha dado con el tema para su blog. Lo tiene todo en la cabeza, de principio a fin. Pero para ello habrá que esperar a la siguiente entrada… en unos días.
Decía Cicerón que la inspiración nunca llega cuando uno la anda buscando. “¡Cuánta razón tenía!”, asevera el teniente Colombo mientras se prepara para bajar a hacer la compra, pertrechado con su inseparable gabardina (en la calle, amenaza lluvia…).

miércoles, 2 de mayo de 2012

¡MANOS ARRIBA, ESTO ES UN ATRACO!

“A este paso, ya sólo falta que aparezca el cerebro del asalto al tren de Glasgow, y nos robe, pistola en mano, lo poco que nos queda en los bolsillos”, reflexiona el teniente Colombo, agotado por el rosario de subidas indiscriminadas de precios.
El último abordaje se ha producido en la Comunidad de Madrid: el pasado 1 de mayo se dio el pistoletazo de salida para el aumento del precio de todos los billetes de los transportes públicos, sin excepción. El incremento es de tal magnitud que es superior al de los últimos diez años en términos acumulativos. El porcentaje medio de subida se sitúa en el 11%, aunque algunos billetes y trayectos… ¡¡doblan su coste!! El escandaloso incremento de tarifas llega a mitad de año, después de que la presidenta de la Comunidad prometiera que no iba a subir el precio del servicio este año. “Una mentira más”, gruñe el teniente Colombo, mientras calcula en su bloc de notas los millones de personas que se van a ver afectados diariamente por la depredación de sus maltrechas rentas. “Una vuelta de tuerca más”, remata.
Al teniente Colombo, encolerizado y lleno de ira, el tarifazo le parece injusto, indiscriminado, desproporcionado y, sobre todo, cobarde. Cobarde, sí, porque va directo a la yugular de las clases más desfavorecidas, que son las que a diario utilizan el transporte público porque no se pueden permitir el coche privado ni, a diferencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, tienen acceso a coche oficial.