MÁS GENÉRICOS, POR FAVOR

Tras dos aplazamientos, la nueva fecha para la vista del caso que enfrenta al gigante farmacéutico Novartis con el Gobierno indio ante el Tribunal Supremo de India es el próximo 10 de julio. Es el último paso de la batalla legal iniciada por Novartis contra India en 2006.

Tras ver denegada su solicitud de patente para el mesilato de imatinib, un fármaco anti-cancerígeno comercializado en otros países con el nombre de Glivec, la farmacéutica respondió a la decisión de la Oficina de Patentes india presentando una demanda judicial. Si Novartis gana la demanda se acabará la competencia de los medicamentos genéricos, y los precios de los fármacos aumentarán en los países de rentas medias y bajas.

“Es evidente que si Novartis, y el lobby norteamericano farmacéutico, se salen con la suya, millones de personas no tendrán acceso a medicamentos (ni genéricos, ni de ningún tipo) y sus vidas correrán serio peligro”, reflexiona el teniente Colombo, abducido por un problema que parece no tener fin.

En este escenario, el teniente Colombo se pregunta si es lícito el beneficio empresarial a cualquier precio, si el libre mercado no debería ser supervisado por algún organismo internacional para evitar abusos de compañías privadas sobre millones de personas en cualquier parte del planeta, si el liberalismo económico no debe tener más regla que la del “sálvese quien pueda”… el teniente Colombo se pregunta, en definitiva, si la globalización, tal y como está diseñada en la actualidad, funciona adecuadamente. “Parece claro que no. Para muchos pobres de la Tierra no está funcionando. Para buena parte del medio ambiente no funciona. Para la estabilidad de la economía global no funciona”, concluye con un grado 9 de desmoralización sobre 10, mientras busca una cerilla entre los bolsillos de la gabardina con la que encender el primer puro del día.

MENSAJE EN UNA "BOTELLA": 75 cl. DE DISPARATES

En el reciente debate sobre el estado de la ciudad, la alcaldesa de Madrid dio un espectáculo bochornoso. Uno más. Fue incapaz de explicar con claridad el esquema presupuestario que relaciona al Estado con las autonomías. No supo precisar los criterios fijados para la distribución de los gastos de la corporación madrileña. Hizo el ridículo al hablar acerca de las coaliciones de otras fuerzas políticas existentes fuera de la Comunidad de Madrid, haciéndose un lío monumental al estilo Antonio Ozores. Y volvió a hacer gala, una vez más, de su talante chulesco y absolutista. En definitiva, un escándalo clamoroso. Al menos, así lo ha visto el teniente Colombo.

“Alguien que asegura, como lo hace ella, que En invierno nieva o que Las manzanas no son peras, y una manzana y una pera no son dos manzanas, son dos peras, para justificar, respectivamente, su incapacidad de gestión y su postura ultraconservadora sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, no está en condiciones de dirigir ni la caja de un supermercado”, afirma, rotundo, el teniente Colombo, mientras se esfuerza por dar vida a uno de sus puros.

Además de atesorar una buena colección de declaraciones polémicas y fuera de lugar (las citadas anteriormente son sólo una pequeña muestra), esta señora evidencia cada día -en opinión del teniente Colombo- su escasa talla política y su nula capacidad de comunicación. Carece del más mínimo talento y lucidez. Es la campeona olímpica del disparate.

“Es una pena que alguien con la misma facilidad de palabra que Epi y Blas llegue a alcaldesa de una gran ciudad como Madrid”, remata el teniente Colombo, resignado a seguir sufriendo las necedades y estulticias de esta mujer… a una sonrisa pegada. Pero, así es el juego democrático.

MILANA BONITA

Quién le iba a decir a Miguel Delibes que treinta años después de publicar Los santos inocentes, un proyecto cervecero rendiría homenaje a la Milana, el pájaro de Azarías, uno de los personajes centrales de la novela. La aventura empresarial, iniciada por un grupo de jóvenes emprendedores castellanos, llamó rápidamente la atención del mejor amigo del teniente Colombo (*), uno de los mayores coleccionistas de chapas de España y del planeta Tierra. Un sabueso que olfatea una chapa con la misma habilidad y destreza con la que un perro policía detecta una partida de droga en una maleta de la T4 del aeropuerto de Barajas.

Sin apenas preparativos, en una esplendorosa mañana de sábado, pusieron rumbo a la fábrica que la cervecera Milana acaba de inaugurar en el pueblo vallisoletano de Montemayor de Pililla. En apenas dos horas, y después de un plácido y agradable viaje por carretera, llegaron a las instalaciones en las que se elabora esta bebida originaria de los antiguos pueblos elamitas, egipcios y sumerios (3.500 años a. C.). En esta ocasión, y a consecuencia del fuerte calor, el teniente Colombo decidió dejar la gabardina en casa.

La atención de los dueños de la fábrica fue amabilísima, mostrando con orgullo cómo el proceso productivo es completamente artesanal, sin someter a la cerveza ni al filtrado ni a la pasteurización, utilizando elementos 100% naturales (agua, cereal, levadura, lúpulo en flor, frutas, etc.). En consecuencia, al beberla, su aroma y sabor se presentan con una mayor intensidad. Aspecto que el teniente Colombo pudo constatar con la Milana Bonita (cerveza rubia estilo Pale Ale), y la Milana Trigo (de estilo Wit), después de dejar vacías un par de refrescantes copas.

Terminada la jornada, regresaron a la capital de Imperio con el botín más preciado: un buen puñado de chapas, que el amigo del teniente Colombo gestionará, sin duda, con la astucia que le caracteriza.

(*) El teniente Colombo dedica esta entrada a Ángel Arenas Gómez (más conocido como Angelito o Arenasgómez), como muestra de cariño después de más de 40 años de amistad inquebrantable.

¡LUCES, CÁMARA, ACCIÓN!

Probablemente no exista en la historia del cine ninguna otra película que refleje mejor la pasión del teniente Colombo por el séptimo arte como Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1988). Un recorrido bello y nostálgico por la vida, la infancia, la adolescencia y la madurez de Salvatore Di Vita, un famoso realizador italiano, convencido desde niño que el cine es pura magia. Pero la historia de Salvatore no hubiera sido la misma sin la amistad y la complicidad de Alfredo, el viejo operador del cinematógrafo de su pueblo natal, que le enseñó los misterios y secretos que se ocultan detrás de una película.

En la vida del teniente Colombo ha habido otro “Alfredo”, muchos años atrás: Javier Serna del Campo, el director del colegio de los Salesianos de la calle Hermanos García Noblejas (“Don Javier”, “el Dire”, “oye chaval, aterriza”…). Fue él, y nadie más, quien le inoculó –en aquellas inolvidables sesiones de Cine Forum, los domingos por la tarde- el amor por el cine. Don Javier, además de un experto en el románico palentino y en los arbotantes góticos, era un auténtico cinéfilo.  

De la misma manera que al comienzo de la película, en un flashback de treinta años, Salvatore Di Vita recuerda con nostalgia y cariño las enseñanzas de Alfredo, el teniente Colombo estará eternamente agradecido a Don Javier por haberle mostrado el camino de los sueños a través del cine y a vivir una fábula cada vez que se apagan las luces y comienza la proyección. Agradecido por haberle ayudado a descubrir a un ciudadano llamado Kane, a vibrar con el arco solidario de Robin Hood, a sentirse un pasajero más de una diligencia asediada por los comanches en Monument Valley, a alternar -con moderación- en el Café de Rick, a emocionarse con los cañonazos de libertad del acorazado Potemkin, a buscar sin descanso la quimera del oro,… en definitiva, a vivir con el cine.

“Don Javier, donde quiera que esté: eternamente gracias”, balbucea el teniente Colombo, abrumado por los recuerdos, mientras revisa, una y otra vez, la secuencia final de Cinema Paradiso, sin duda la máxima declaración de amor que se ha hecho al séptimo arte como vehículo de entretenimiento y aprendizaje para la vida.

RESCATE CELESTIAL

Se desveló el misterio. Hace unos días, el teniente Colombo –y el resto de los ciudadanos- conocieron cuál era la “agenda oculta” que tenía el Presidente del Gobierno para salir de la crisis, y que no quiso desvelar durante la campaña electoral: encomendarse a la Virgen del Rocío.

En su reciente visita al Ayuntamiento de Almonte (Huelva), la ministra de Empleo se encomendó a la Virgen del Rocío porque, según sus propias palabras, “nos ha hecho un regalo en nuestra salida de la crisis y en la búsqueda del bienestar todos los días de los ciudadanos”.

Y en pleno fervor rociero (“¡Viva la Virgen del Rocío!”, gritó a los cuatro vientos), la ministra declaró el Año Santo Jubilar Mariano de la aldea del Rocío y propuso la inclusión de una enmienda en los Presupuestos Generales del Estado que contemple la aplicación de rebajas fiscales para todas las empresas que colaboren en esta celebración que tendrá lugar desde el 15 de agosto de este año hasta el mes de septiembre de 2013. “Sin duda, este acontecimiento creará empleo y reactivará la economía de Andalucía”, apuntilló la ministra, embargada por la emoción.

Así las cosas, el teniente Colombo sugiere al Gobierno que se ponga en contacto, urgentemente, con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo, la Reserva Federal de Estados Unidos, las agencias de rating, el Banco de España, el Ministerio de Economía y demás organismos que luchan cada día, a brazo partido, por dejar atrás esta odiosa crisis, y que no hagan nada: el rescate viene del cielo. Y, para que la ayuda divina tenga la máxima eficacia, propone a la Conferencia Episcopal que declare, al mismo tiempo, el Año Santo Jubilar de San Francisco Javier, el Semestre Mariano de San Onofre de Bouvila, los Días de Recogimiento para la veneración de la Oreja de San Pedro y la Santa Quincena de las reliquias de San Hidulfo de Lotharingen. De esta forma, aumentando las desgravaciones fiscales hasta un 20% para todas aquellas empresas y particulares que apoyen estas celebraciones, se conseguirá el pleno empleo. Adiós a la crisis y asunto resuelto. “Amén”, remató, con devoción, el teniente Colombo.

EL DÉFICIT MISTERIOSO...

El déficit del Estado en 2011 se ha disparado por la desviación de las Comunidades de Madrid, Valencia y Castilla y León, las tres gobernadas, desde hace décadas, por el Partido Popular. Las tres autonomías admiten unos datos de déficit en 2011 superiores a los comunicados en el avance de la liquidación a Hacienda. Estas cifras obligan al Gobierno a modificar el déficit para el conjunto del país hasta el 8.9%, en lugar del 8.5% anunciado hasta entonces.

La Comunidad Valenciana presentó inicialmente a Hacienda una desviación del déficit del 3.68% de su PIB, que ha elevado al 4.5%. En el caso de las otras dos comunidades autónomas, la Comunidad de Madrid declaró en un principio un déficit del 1.13% y lo ha elevado al 2.21%, mientras que Castilla y León ha admitido una desviación del 2.59%, por encima del 2.35% anterior. En los tres casos, la razón más destacada por la que ha aflorado más déficit se debe a que habían retenido, sin pagar y sin contabilizar en el año correspondiente, facturas a proveedores. Lo han reconocido las tres comunidades.

A la vista de estos datos, y de que la publicación de los mismos ha pasado casi de puntillas por el panorama político español, el teniente Colombo se pregunta qué hubiera ocurrido si en lugar de haber sido tres comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular, hubieran generado ese aumento del déficit comunidades gobernadas por partidos de distinto color político (Andalucía, Cataluña, País Vasco…). “Probablemente, a estas alturas, la prensa mediática afín –y los propios dirigentes del Partido Popular- estarían pidiendo la silla eléctrica para los gobernantes de esas comunidades autónomas; pero, por alguna misteriosa razón, aquí no ha pasado nada”, medita el teniente Colombo, mientras se prepara para una nueva jornada de lucha contra el crímen.

HORROR E INDIGNACIÓN

Un reciente estudio de la ONG Médicos Sin Fronteras alerta sobre una nueva crisis alimentaria y nutricional en el Sahel (Mauritania, Burkina Faso, Malí, Níger, Senegal y Chad), que amenaza la vida de más de un millón de niños. Cruz Roja Española amplía el problema al Cuerno de África (Djibuti, Etiopía, Kenia, Somalia y Tanzania). De nuevo, la combinación de malas cosechas, condiciones climáticas irregulares, métodos medievales de producción, deficiencias de mercado, precios sometidos a la especulación y la inestabilidad política planean una sombra de muerte sobre millones de personas. Personas condenadas para toda su vida (las que consiguen sobrevivir).

Al teniente Colombo, como a cualquier persona decente, le descompone que millones de seres humanos se mueran de hambre en pleno siglo XXI. Pero si a la lista de problemas estructurales de esos países, se une la falta de voluntad de quienes tienen en su mano la capacidad de resolver el problema, y no lo hacen, la desesperanza del teniente Colombo se convierte en una mezcla de hastío y repugnancia. “Es evidente que no falta comida, falta voluntad”, piensa, mientras gira la cabeza de un lado a otro, como buscando explicaciones en el cielo infinito, a una situación indignante.

En este punto, las palabras del escritor y ensayista español Rafael Barrett (1876 – 1910), acerca del hambre, son demoledoras: “Mientras el dolor no os abrase las entrañas, mientras un día de hambre y abandono –siquiera un día- no os haya devuelto a la vasta humanidad, no la comprenderéis”.