viernes, 24 de octubre de 2014

SAQUEADORES PROFESIONALES


“Ladrones roban millones, y son grandes señorones”, reza el refranero español. Algo parecido han debido pensar los 86 directivos y consejeros de Caja Madrid/Bankia que han dilapidado 15 millones de euros de la entidad, durante más de una década, a través de las llamadas tarjetas opacas.
“Opacas a la vergüenza, a la dignidad y a la decencia”, piensa el teniente Colombo. Estos saqueadores profesionales –rufianes de guante blanco- le producen, sencillamente, asco y repugnancia. El teniente Colombo desea con todas sus fuerzas que, todos ellos, se pudran en la cárcel, el tiempo que marque la Ley y dictaminen los jueces.
“Y, una vez que entren en la cárcel, tirar la llave al mar, para que estos desalmados –algunos de ellos reincidentes- no vuelvan a hacer de las suyas”, sugiere el teniente Colombo, con un nivel de indignación 9.6 en la escala de Richter.

sábado, 18 de octubre de 2014

WICKED


El musical Wicked se estrenó en Broadway hace ya más de una década (en concreto, en el otoño de 2003). Tres años más tarde desembarcó, con un éxito sin precedentes, en el West End londinense. Después de varios intentos fallidos, el teniente Colombo pudo conseguir tickects para este maravilloso espectáculo en el confortable, y gigantesco, Apollo Victoria Theatre de la capital británica.
Basado en la novela de Gregory Maguire, Wicked cuenta la fantástica historia de las Brujas de las tierras de Oz. En el stage del Apollo Victoria, Emma Hatton y Sophie Linder-Lee dan vida a Élphaba (la bruja mala del Oeste) y a Glinda (la bruja buena del Norte), respectivamente. El musical creado por Stephen L. Schwartz, con libreto de Winnie Holzman, atrapa al espectador desde el primer minuto. Las canciones -de corte clásico-, las grandes orquestaciones, los distintos números corales, algunas baladas y un par o tres de canciones enérgicas, marcan los pasajes más representativos de la historia. En opinión del teniente Colombo, destaca, por encima de todas, Defying gravity, interpretada por Emma Hatton de una forma admirable y convincente.
Wicked es un espectáculo visual arrebatador e inolvidable, tres horas de espectáculo con mayúsculas. Un cuento de hadas fascinante (secuela de la película El mago de Oz, dirigida por Víctor Fleming en 1939), repleto de emoción, aventuras, inolvidables números musicales y sorpresas, muchas sorpresas”, apunta el teniente Colombo, todavía hipnotizado por la experiencia vivida en el Apollo Victoria Theatre, una tarde del mes de octubre.
El teniente Colombo –"a su regreso de las tierras de Oz"- ya está planificando la próxima visita a Londres para disfrutar de otro musical (quizás la reposición de Miss Saigon…). Sin duda, es una de sus grandes pasiones.

viernes, 10 de octubre de 2014

DE LA LUCHA DE CLASES AL PRAGMATISMO


De sobra es sabido que el teniente Colombo (frisando los 50) ha perdido la fe en la clase política y en las recetas económicas de todos los gobiernos –de cualquier signo- que han dirigido el destino de la joven democracia española. Se ha convertido en un pragmático irredento.
Esta postura –alimentada, durante décadas, por el desengaño y la frustración- ha vuelto a brotar en su fuero interno después de leer unas recientes declaraciones de Victoria Camps, en un diario de tirada nacional. “Sin duda, las reflexiones de esta gran pensadora, filósofa y estudiosa de los derechos humanos y la bioética son oportunas, deseables y esperanzadoras; pero la realidad –la cruda realidad- está en las antípodas del planteamiento ético e ideológico de la doctora Camps”, opina el teniente Colombo, al mismo tiempo que trata de poner en marcha su coche, sin éxito, después del tercer intento. Sin duda, llegará tarde a la comisaría.
La idea de Victoria Camps de que “hay que ir a un capitalismo que priorice el bien común” y de que “no todos los beneficios de las empresas tienen que revertir en el interés corporativo, sino que hay que pensar en el bien de todos y establecido por ley”, parece una contradicción en sí misma. El teniente Colombo no conoce ningún sistema capitalista que funcione bajo esta dualidad. “Capitalismo y bien común son términos contrapuestos, antagónicos”, asevera el teniente Colombo, mientras desempolva de su biblioteca El Capital de Karl Marx (1818-1883).
El funcionamiento del sistema capitalista utiliza mecanismos que ponen de plena actualidad las ideas de Karl Marx de hace siglo y medio. “El llamado Estado del Bienestar (o lo que queda de él) no es más que un híbrido del capitalismo para lavar la conciencia de los Estados y las Grandes Corporaciones nacionales y transnacionales, incapaces de conciliar crecimiento y desarrollo económico con la erradicación de la pobreza y la protección de los más desfavorecidos”, argumenta el teniente Colombo, mientras relee, con tristeza y desencanto, las ideas –bien intencionadas, pero inalcanzables- de Victoria Camps.