sábado, 28 de abril de 2012

GUARDIOLA

El teniente Colombo lleva toda su vida pegado a su gran pasión: el fútbol. Su color, nunca lo ha ocultado, es el rojiblanco. El rojiblanco del Atlético de Madrid. El Atleti es su liturgia, su religión, su razón de ser.
Pues bien, jamás en toda su vida ha visto jugar al fútbol como lo ha hecho en estos últimos años el Barcelona de Pep Guardiola. El esquema futbolístico de Guardiola se sustancia en una idea irrenunciable: el fútbol total. El mismo esquema con el que el Ajax de Johan Cruyff, maestro y mentor de Pep, deslumbró al mundo en la década de los 70 del pasado siglo.
Guardiola representa, en opinión del teniente Colombo, el amor por este deporte. El gusto por el fútbol espectáculo, de asociación, de ataque,… con el máximo respeto al balón y al propio adversario. El modelo deportivo de Guardiola es una forma de entender el fútbol… y la vida.
El teniente Colombo anota en su bloc este día en el que Guardiola ha anunciado su marcha del Barcelona. Un día triste, o quizás no, porque seguro que regresará en poco tiempo. El fútbol le necesita. El teniente Colombo le agradece tantas y tantas jornadas de emoción y está seguro que tendrán que pasar muchos años para que su legado futbolístico sea superado. Moltes gràcies, Pep.

domingo, 22 de abril de 2012

PERLAS SANITARIAS

Decía Forrest Gump que tonto es el que hace tonterías. Pues bien, al teniente Colombo le ha venido a la memoria la famosa frase de la oscarizada película de Tom Hanks después de ver, y oír, a la actual ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en una reciente rueda de prensa. Una rueda de prensa más propia del Club de la Comedia, que de un país serio y juicioso.
La titular de Sanidad, temblorosa e insegura, lanzó a los cuatro vientos una serie de perlas sanitarias que harían sonrojar a cualquiera que tenga un mínimo de decoro. Entre otras: 1ª) “Hemos universalizado la sanidad para los españoles. La sanidad ya era universal y estaba recogida en muchas leyes”; 2ª) “No hay cosa que tenga más valor que una medicina que cura enfermedades; 3ª) “Hemos adoptado una medida que ya estaba adoptada”; 4ª) “No es lo mismo una persona que está enferma en su consumo de medicamentos, que una persona que no está enferma”… Y así, feliz y contenta, pizpireta ella, se marchó de la rueda de prensa, convencida de que acababa de reinventar la penicilina.
Con independencia de su manifiesta incapacidad para ejercer un cargo público, lo que al teniente Colombo más le duele es que parte de sus impuestos vayan a parar al bolsillo de la ministra en forma de salario y gastos de representación (por cierto, hasta el momento, el teniente Colombo no tiene constancia de que haya sido cesada).

miércoles, 18 de abril de 2012

GENTLEMAN JIM

El teniente Colombo no recuerda cuándo la vio por primera vez. Probablemente fue una tarde de sábado, en aquellos Programas Dobles del cine de su barrio, donde veía cada película dos veces, mientras engullía, sin pestañear, un bocadillo de Nocilla. Junto con el fútbol, el cine era (y sigue siendo) una de sus pasiones. Por enésima vez, la ha vuelto a ver. El teniente Colombo ha vuelto a disfrutar, como en aquellas tardes de sábado, de 104 minutos de cine con mayúsculas: “Gentleman Jim” (Raoul Walsh, 1942).
Con un Errol Flynn en estado de gracia, la historia atrapa al espectador desde el primer fotograma. La ambientación, cuidadísima, transmite de forma maravillosa los combates de boxeo en el San Francisco de finales del siglo XIX, cuando éstos se celebraban al margen de la ley. Todo en esta película es cine en estado puro. Pero de “Gentleman Jim” el teniente Colombo siempre recordará una escena sobrecogedora: aquella en la que el Gran Sullivan (interpretado por un Ward Bond inmenso, como siempre), derrotado después del combate por el campeonato del mundo de los pesos pesados, acude a felicitar a James J. Corbett (Errol Flynn) en la fiesta que sus familiares y amigos le han organizado para celebrar el título. Al verle llegar, Corbett sale a recibirle y ambos se funden en un afectuoso saludo: el Gran Sullivan, derrotado pero lleno de dignidad, y James Cobertt con una admiración y un respeto que traspasa la pantalla (“cuatro minutos sublimes”, opina el teniente Colombo, http://www.youtube.com/watch?v=8iShuZvyDHA).
Al margen de sus valores cinematográficos, el teniente Colombo extrae de “Gentleman Jim” una gran lección: es tan difícil saber perder como saber ganar. “Muchos políticos deberían ver esta película, sobre todo después de un proceso electoral”, masculla el teniente Colombo, mientras se esfuerza en localizar su bloc de notas en alguno de los bolsillos de la gabardina.

sábado, 14 de abril de 2012

CHANEL SÍ, CHANEL NO

En ocasiones, el teniente Colombo no sabe si reír o llorar. Un día de éstos va a tomar la decisión de no volver a leer ningún periódico, salvo los dedicados, claro está, al deporte (y, dentro de éstos, únicamente las páginas consagradas al fútbol).
La justificación del teniente Colombo, mientras forcejea con su mechero –sin ser capaz de encenderlo- se sustancia a continuación. Hace algunas lunas, un periódico de ámbito nacional publicaba el siguiente titular, seguido por un extenso artículo, que no merece la pena resumir en este blog: “Según Karl Lagerfeld, el traje que llevaba Jackie Kennedy cuando asesinaron a su marido JFK, no era un Chanel auténtico”.
El teniente Colombo se pregunta, todavía aturdido por el articulito, si ese diario no tiene nada más interesante que publicar. En todo caso, y de cara a futuras publicaciones, sugiere al periódico otras líneas de investigación, como por ejemplo: analizar la autenticidad de los puros que fumó Winston Churchill en la cumbre de Postdam de 1945 (¿eran realmente habanos?); reabrir el caso del gol de Maradona en el mundial de México 1986 -el llamado “gol del siglo”- (¿las botas que llevaba puestas eran unas Adidas auténticas o las había comprado en un mercadillo?);  averiguar si los pantalones vaqueros que vestía James Dean en Gigante eran de marca, o no (¿llevaba, en realidad, unos Levis Strauss auténticos?); indagar sobre la tarta de fresas con la que Charles Chaplin celebró su 80º cumpleaños en su casa de Vevey, Suiza (¿eran auténticas fresas de Huelva con denominación de origen?);… y tantos y tantos otros temas, vitales para el devenir de la historia de la Humanidad.
(Efeméride: hoy 14 de abril, recuerdo de la proclamación de la 2ª República).

martes, 10 de abril de 2012

Государственный Эрмитаж в Эль-Прадо

El teniente Colombo no quiso dejar pasar la oportunidad de visitar la magnífica exposición El Hermitage en el Prado (Государственный Эрмитаж в Эль-Прадо), que la pinacoteca madrileña, en el marco del Año Dual España-Rusia 2011, ha ofrecido recientemente.
Al llegar, el teniente Colombo dejó su gabardina en el guardarropa, depósito su puro a medio fumar en un bolsillo de la chaqueta, y se dispuso a recorrer, feliz y contento, las distintas salas de la exposición. Folleto en mano, comprobó cómo de las paredes colgaban obras tan importantes como el San Sebastián de Tiziano, el Tocador de laúd de Caravaggio, el San Sebastián de Ribera, y el Almuerzo de Velázquez. También identificó dos obras de Rembrandt (Retrato de un estudioso y Haman reconoce su suerte).
Ya metidos en los siglos XIX y XX, El Hermitage en el Prado exhibía notables ejemplos de la pintura impresionista y post-impresionista: Monet, Cézanne, Renoir, Gauguin y Matisse. Y de Picasso tres lienzos, entre ellos Mujer sentada y Bebedora de absenta. A estas alturas de la visita, el teniente Colombo, fascinado, se relamía de placer cultural.
Entre las piezas de las colecciones arqueológicas, el teniente Colombo pudo identificar el Peine con escena de batalla, obra de oro escita del siglo IV a.C. (que le dejó boquiabierto), y las obras de joyería siberiana procedentes de las colecciones de Pedro el Grande. En cuanto a los objetos de artes decorativas, se maravilló con la espada decorada con plata, rubíes y diamantes, donada al zar en el siglo XVIII por el embajador indio, y el Vaso de flores en cristal de roca, oro y diamantes del joyero de la familia imperial (“buenas piezas para una prejubilación dorada”, pensó el teniente Colombo).
Pasadas las tres y media de la tarde, el teniente Colombo recogió su gabardina del guardarropa, recuperó su puro a medio fumar del bolsillo de la chaqueta y enfiló el Paseo del Prado en dirección norte, reconfortado por la experiencia.

jueves, 5 de abril de 2012

¡ENHORABUENA A LOS PREMIADOS!

De camino a la comisaría, el teniente Colombo decidió tomarse un café con churros. No había desayunado en casa y el estómago le hizo un primer S.O.S. Aparcó su coche en zona azul, entró en la cafetería, y se aplicó de firme para dar buena cuenta del tentempié.
En esas estaba, cuando se tropezó con el siguiente titular de prensa: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, asegura que la Ley de Transparencia que aprobará el Consejo de Ministros en las próximas semanas hará que "la gente sepa en qué se gasta su dinero" y que "si se enchufa" a alguien "salga el nombre y apellidos y se expliquen las razones por las que se contrata”.
¡Y, en ese momento, el teniente Colombo recordó una Lista de Schindler particular! La lista, que debe ser necesariamente breve para que esta reflexión no sea más larga que Ben-Hur, comienza así: Iván de la Rosa, Letrado del Área Jurídica de Telefónica (marido de la Vicepresidenta del Gobierno); Álvaro Ramírez de Haro y Aguirre, Asesor del Secretario de Estado de Comercio (hijo de la Presidenta de la Comunidad de Madrid); José Ramón Bujanda, Presidente de la empresa pública SAECA (cuñado del Ministro de Agricultura); José Miguel Martínez, Presidente de la sociedad estatal SELAE (concuñado del Ministro de Hacienda); Ignacio López del Hierro, propuesto como Consejero de Red Eléctrica, si bien, tras hacerse público, se vio obligado a renunciar (marido de Mª Dolores de Cospedal); Ángeles Alarcó, Presidenta y Consejera Delegada de Paradores Nacionales (ex mujer de Rodrigo Rato, ex Vicepresidente del Gobierno del PP y Presidente de Bankia)… y así hasta el infinito y más allá.
El teniente Colombo tenía la esperanza –ingenuo de él- de que el nuevo Gobierno sería el paradigma de la honestidad y el mayor enemigo del nepotismo. O al menos, eso es lo que prometió…

domingo, 1 de abril de 2012

LDV: EL GENIO

En una radiante mañana de primavera, el teniente Colombo y su sobrino se acercaron al Centro de Exposiciones Arte Canal (Plaza Castilla, Madrid) para disfrutar de la magnífica exposición “Da Vinci: el genio”. Por unas horas, los casos de asesinato quedaron aparcados.
La exposición revive la extensa producción técnica, científica, artística y filosófica del genio italiano, sugiriendo un acercamiento a su persona desde una perspectiva múltiple a través de la reproducción a escala real –en un formato, quizás excesivamente “moderno”- de numerosos artefactos, objetos y obras de arte de su creación, tales como la escultura del Caballo Sforza (de 15 metros de altura, nada más y nada menos), el sistema de buceo, el fresco de La Última Cena y un facsímil de La Mona Lisa.
Además de los ambientes en que está dividida la exposición, el visitante puede ver vídeos en los que se explica la manera que tenía Da Vinci de ver el mundo. Merece la pena –y mucho- la proyección de la película en 3D, creada expresamente para la ocasión, que permite al espectador introducirse en la fascinante forma de observar e interpretar el mundo de Leonardo Da Vinci.
El teniente Colombo se esforzó en transmitir a su sobrino –con escaso éxito- la importancia pedagógica de la exposición y la necesidad de acudir, de vez en cuando, a alguna de las maravillosas exposiciones que se ofrecen en su ciudad. “La play station es un duro rival a batir…”, piensa, desesperanzado, el teniente Colombo.