miércoles, 30 de noviembre de 2011

EL ZUMO DE NARANJA

Cada mañana, sin faltar un solo día, y como parte de su nutritivo desayuno, el teniente Colombo se prepara un zumo natural de tres naranjas (con la etiqueta Fontestad), a veces completado con una mandarina (sin etiqueta). No puede salir de casa sin haberse tomado su zumo de naranja. Forma parte de su vida, como su gabardina o su Peugeot 403 del 55.
Muchas lunas atrás, el teniente Colombo leyó en algún sitio que la naranja (Citrus Sinensis), y su zumo, tienen propiedades curativas, con un gran contenido en vitamina C (ácido ascórbico) y sustancias con actividad prebiótica. Uno de los efectos beneficiosos de la naranja más apreciado por los consumidores es el papel que desempeña en la potenciación de la inmunidad. Destaca también su capacidad para prevenir procesos víricos banales, como, por ejemplo, los resfriados. El gran interés que despierta el zumo de naranja se centra en que el consumo regular permite el crecimiento de los microorganismos beneficiosos del colon, lo que indudablemente puede redundar en beneficios para la salud a largo tiempo.
En ocasiones, el teniente Colombo se pregunta si su habilidad –no exenta de esfuerzo- para resolver los casos de asesinato se debe a las vitaminas que le aporta el zumo de naranja que se toma cada mañana…

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