martes, 8 de noviembre de 2011

ARQUITECTURAS PINTADAS

En una mañana otoñal, serena y luminosa, el teniente Colombo se acercó al museo Thyssen-Bornemisza, luego de recorrer –de norte a sur- el Paseo de Recoletos y buena parte del Paseo del Prado, dejando a la izquierda uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad: el museo del Prado. Los colores del otoño proporcionan a este rincón de la ciudad un ambiente único y majestuoso. Reconfortante.
La exposición Arquitecturas pintadas. Del Renacimiento al siglo XVIII está organizada en dos grandes apartados. En el Museo Thyssen-Bornemisza el visitante puede contemplar obras que van desde el Renacimiento hasta el siglo XVII, mientras que en la Fundación Caja Madrid se despliega en profundidad el siglo XVIII.
El teniente Colombo no es un experto en pintura. Ni mucho menos. Pero, de vez en cuando, le gusta disfrutar de pequeñas emociones en forma de detalles y composiciones pictóricas. En su memoria han quedado grabadas, particularmente, dos de ellas: La torre de Babel (1595), obra de Lucas van Valckenborch; y Puerto con Villa Medici (1637), de Claudio de Lorena. Durante algo más de una hora, ha recorrido las distintas salas de la exposición, con curiosidad y admiración; esta vez sin su puro, aunque pertrechado con su gabardina.
De vuelta a casa, en la retina del teniente Colombo iban pasando, a modo de zoetrope, cuatro siglos de pintura con un protagonista de excepción: el paisaje urbano. Regresó a casa oxigenado por la experiencia, preparado para afrontar nuevos casos de asesinato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario