jueves, 1 de marzo de 2012

¡QUÉ CARA MÁS DURA!

Semanas atrás, saltó la noticia de que dos responsables políticos, de distinto signo, habían falseado sus currículums en lo relativo a su formación académica. Falseado hacia arriba, por supuesto. Vamos, que habían “cargado la pluma” jurando ante el resto de los mortales que tenían tal o cual carrera universitaria, y la verdad del cuento era que lo más cerca que habían estado de una Facultad era haber pasado, por debajo, en el metro. Pillados in fraganti, defendieron su postura con el irrisorio argumento de que, en realidad, “habían cursado estudios” en determinada carrera. Un eufemismo que no se lo cree ni un niño de primaria.
“¿Se puede tener más cara dura?”, se pregunta el teniente Colombo, mientras anota el nombre de los mentirosos en su bloc de notas. Además, prosigue el teniente Colombo en su reflexión, “no es ninguna deshonra no tener un título universitario, lo que es una deshonra es mentir. Lo importante de una persona es que sea digna, honesta y, en su ámbito de responsabilidad, que sea justa y competente. Las circunstancias de la vida no siempre permiten acceder a la universidad a todas aquellas personas con potencial para estudiar”.
El teniente Colombo vuelve a sacar su bloc de notas –después de buscarlo en tres bolsillos diferentes de la chaqueta- para escribir: “¿Qué se puede esperar de unos políticos que, a las primeras de cambio, mienten en sus datos personales? Se merecen que los corran a boinazos”.

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