viernes, 26 de octubre de 2012

SAUL BASS: CARTELES DE CINE

Desde el pasado 10 de octubre, el Círculo de Bellas Artes de Madrid expone buena parte de la obra de Saul Bass, bajo el cinematográfico título “Saul Bass: carteles de cine”. Evidentemente, el teniente Colombo no podía dejar de asistir. Por eso, en una preciosa mañana de domingo (pasear, en otoño, por el Paseo del Prado es una las debilidades del teniente Colombo) se acercó a la sala Picasso de la entidad cultural madrileña para revisar algunos de los carteles que forman ya parte de la iconografía del séptimo arte.
La exposición está dedicada al célebre diseñador gráfico estadounidense Saul Bass (Nueva York, 1920 – Los Ángeles, 1996), autor de algunos de los carteles más memorables de la historia del cine, como los de Psicosis, Vértigo, Anatomía de un asesinato, Exodus o El hombre del brazo de oro, entre otros. Bass no sólo fue uno de los grandes diseñadores de mediados del siglo XX; es incontestable además su trabajo artístico en la industria cinematográfica -gracias a sus colaboraciones con Alfred Hitchcock, Otto Preminger y Martin Scorsese-, y en el diseño de algunas de las identidades corporativas más importantes de Estados Unidos -AT&T, United Airlines, Minolta, Bell o Warner Communications-.
Al teniente Colombo, envuelto en una atmósfera puramente cinematográfica, le llamó particularmente la atención uno de los carteles del maestro Bass: el de la película “Uno, dos, tres” (Billy Wilder, 1961). Si nadie le hubiera dicho que había sido realizado por el diseñador neoyorquino, hubiera jurado que había sido firmado por el mismísimo Antonio Mingote. “Más coincidencia, imposible”, recordaba el teniente Colombo, mientras degustaba una caña de cerveza (pincho de tortilla, incluido) en la taberna La Dolores (zona Huertas), una vez que finalizó su visita a la exposición.

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