martes, 9 de octubre de 2012

ENTRE PALOS

Han pasado cerca de dos siglos desde que un estudiante de teología del colegio de Rugby, en el condado de Warwickshire (medio oeste de Inglaterra), “con desobediencia de las reglas del football”, agarró la pelota con las manos y la llevó hasta la meta contraria, obteniendo un gol. Corría el año 1823 y la versión es aceptada por la International Rugby Board como el primer antecedente conocido del rugby moderno.
Hace apenas un año, a través del Club de Rugby El Salvador de Valladolid, el teniente Colombo descubrió la grandeza de este deporte. Aunque todavía no domina las complejas reglas del rugby, el ambiente que vivió en el primer partido al que asistió en el Pepe Rojo (el estadio en el que juega el C.R. El Salvador), le atrapó irremediablemente.
En este tiempo, y después de haber asistido en directo a varios encuentros, el teniente Colombo tiene anotados en su bloc los valores que más le llaman la atención de este deporte: el enorme esfuerzo que cuesta avanzar un metro, la perseverancia, el trabajo en equipo, la nobleza, el respeto mutuo, la tenacidad, el compañerismo… la vida misma (*).

(*) El teniente Colombo dedica esta entrada a todos aquellos que luchan cada día por mantener viva la llama del rugby, a pesar de los problemas económicos por los que atraviesa el deporte oval y los escasos apoyos que recibe. En especial a Juan Carlos Martín “Hansen”, presidente del C.R. El Salvador.

1 comentario:

  1. Teniente, aunque lo leo un poco tarde, es muy bonito y de agradecer que gente buena como tú se acerque al mundo del rugby. Muchas gracias por tu apoyo.

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