domingo, 3 de junio de 2012

HORROR E INDIGNACIÓN

Un reciente estudio de la ONG Médicos Sin Fronteras alerta sobre una nueva crisis alimentaria y nutricional en el Sahel (Mauritania, Burkina Faso, Malí, Níger, Senegal y Chad), que amenaza la vida de más de un millón de niños. Cruz Roja Española amplía el problema al Cuerno de África (Djibuti, Etiopía, Kenia, Somalia y Tanzania). De nuevo, la combinación de malas cosechas, condiciones climáticas irregulares, métodos medievales de producción, deficiencias de mercado, precios sometidos a la especulación y la inestabilidad política planean una sombra de muerte sobre millones de personas. Personas condenadas para toda su vida (las que consiguen sobrevivir).
Al teniente Colombo, como a cualquier persona decente, le descompone que millones de seres humanos se mueran de hambre en pleno siglo XXI. Pero si a la lista de problemas estructurales de esos países, se une la falta de voluntad de quienes tienen en su mano la capacidad de resolver el problema, y no lo hacen, la desesperanza del teniente Colombo se convierte en una mezcla de hastío y repugnancia. “Es evidente que no falta comida, falta voluntad”, piensa, mientras gira la cabeza de un lado a otro, como buscando explicaciones en el cielo infinito, a una situación indignante.
En este punto, las palabras del escritor y ensayista español Rafael Barrett (1876 – 1910), acerca del hambre, son demoledoras: “Mientras el dolor no os abrase las entrañas, mientras un día de hambre y abandono –siquiera un día- no os haya devuelto a la vasta humanidad, no la comprenderéis”.

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