sábado, 29 de octubre de 2011

LA HONESTIDAD

Uno de los valores más importantes –sino el que más- que rige la vida del teniente Colombo es la honestidad. Desde que se levanta hasta que se acuesta. En la comisaría y fuera de ella. Con gabardina y en pijama.
Hace unos días, revisando unos textos clásicos, el teniente Colombo se tropezó con una frase de Francisco de Quevedo (1580-1645), que, por esos caprichos del destino, tiene mucho que ver con un caso de asesinato que está investigando en estos momentos. Es la siguiente: “Aquel hombre que pierde su honra por el negocio, pierde el negocio y la honra”.
El teniente Colombo siempre ha despreciado a todos aquellos que, de forma fraudulenta y sin escrúpulos, se aprovechan de su posición social o profesional para llenarse los bolsillos. Y si, además, se jactan de ello ante el resto de los mortales, su desprecio alcanza niveles de aborrecimiento.
Para el teniente Colombo la honestidad expresa el respeto por uno mismo y por los demás; una actitud ante la vida, algo tan importante como el respirar. Algo irrenunciable.

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