domingo, 11 de noviembre de 2012

BLANCO Y EN "BOTELLA"

El viaje de la alcaldesa de Madrid a un spa de lujo en Portugal tras la tragedia del Madrid Arena el pasado 1 de noviembre, ha provocado en el teniente Colombo una sensación de asco y repugnancia. La regidora municipal no anuló las vacaciones que tenía planificadas para esos días (ella misma lo ha reconocido), pese a la incertidumbre de no conocer el número definitivo de víctimas, viajando incluso a tierras portuguesas mientras una de las jóvenes de la fatídica fiesta agonizaba en un hospital madrileño.
Al margen de las consideraciones políticas y judiciales que rodean el caso, y de que, todavía, nadie en el Ayuntamiento de Madrid ha asumido ninguna responsabilidad por las graves irregularidades cometidas en la gestión pre y post de la macrofiesta del Madrid Arena; al teniente Colombo el hecho de que la alcaldesa de Madrid (por cierto, una alcaldesa a la que no ha votado nadie) no suspendiera su viaje de placer, le parece incalificable, indigno y reprochable. De una bajeza moral que la descalifica como responsable política y como persona.
“Desde este momento, es una alcaldesa que ya no se representa ni a sí misma”, remata el teniente Colombo, lleno de rabia e indignación, mientras trata de imaginar qué hubiera ocurrido si este mismo episodio lo comete cualquier miembro del partido de la oposición… probablemente a estas alturas, la propia alcaldesa, y sus correligionarios del Partido Popular, estarían exigiendo su “crucifixión”, con escarnio público, en la puerta del Sol de Madrid. Sin embargo, por el momento, aquí no ha pasado nada y la señora alcaldesa sigue dedicada a lo suyo: a inaugurar actos y a entregar premios. Pues eso, blanco y en Botella.

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