domingo, 6 de mayo de 2012

RACHAS DE INSPIRACIÓN

En cierta ocasión, en una tertulia literaria, un joven aprendiz de poeta le hizo a Julio Camba (periodista y escritor, 1882–1962) la siguiente pregunta: “Don Julio, ¿no es cierto que hay días que no está uno para nada?” A lo cual, Julio Camba le respondió: “Años, hijo mío, años”. Algo parecido le ocurre, a menudo, al teniente Colombo.
Acostumbrado a madrugar -durante la semana por obligación y en fin de semana por devoción- el teniente Colombo, un sábado más, se ha levantado temprano, se ha tomado su copioso desayuno mientras veía una película antigua en la TV de la cocina, ha aireado la casa y, firme y decidido, se ha puesto delante del ordenador con el fin de seguir dando vida a su blog. Remolonea unos minutos, mira por la ventana, examina unos viejos apuntes, repasa el correo de la semana, escribe un par de frases, las borra, las vuelve a reescribir… ¡nada, que no hay manera! El teniente Colombo tiene un día Julio Camba.
¡De repente, como si un haz de luz atravesara su mente en forma de inspiración, encuentra lo que buscaba! Atropelladamente, se le acumulan las palabras, las citas, los personajes, las situaciones… ha dado con el tema para su blog. Lo tiene todo en la cabeza, de principio a fin. Pero para ello habrá que esperar a la siguiente entrada… en unos días.
Decía Cicerón que la inspiración nunca llega cuando uno la anda buscando. “¡Cuánta razón tenía!”, asevera el teniente Colombo mientras se prepara para bajar a hacer la compra, pertrechado con su inseparable gabardina (en la calle, amenaza lluvia…).

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