martes, 6 de diciembre de 2011

LLEGA LA NAVIDAD: ¡SOCORRO!

Al teniente Colombo no le gusta la Navidad. Es más, le espanta. Ni la nacional, ni la anglosajona. Ninguna.
Palabras como regalos, turrón, mazapán, felices fiestas, muñeco de nieve, Nochebuena, villancicos, pavo, uvas, estrellas, Reyes Magos de Oriente, burbujas, camello, muérdago, lucecitas de colores, adornos, ángeles, pastorcillos, serpentinas, cabalgata, peladillas, campanitas de Belén, Papá Noel,… le revuelven, literalmente, el estómago. Al teniente Colombo le cambia hasta el carácter (a peor) conforme se van acercando estas fechas.
Y no digamos si la cosa adquiere tintes de globalización: Merry Christmas, gifts, bells, happiness, snowman, Christmas Eve, Christmas Carols, turkey, lights, grapes, stars, camel, the Christmas spirit, ornaments, angels, shepherds, toys, greetings, Santa Claus,… son términos que al teniente Colombo le ponen de color verde,  como le ocurre al personaje de El Increíble Hulk. La época navideña es para el teniente Colombo como una descarga eléctrica que le deja inhabilitado…. hasta el 7 de enero (¡bendito día!).
Lo peor de la Navidad es que no hay forma de escapar de ella. Es como un frankenstein que te engulle, te atrapa, te devora, te abduce… Cada vez con mayor antelación las grandes superficies se encargan de preparar al personal para unas fechas “tan entrañables, llenas del amor y del calor del hogar”… y llenas de consumo exacerbado, deseos forzados y brindis sin sentido.
El teniente Colombo lleva años tratando de dar con la fórmula mágica (cual bálsamo de Fierabrás) para caer en un profundo sueño los días previos al inicio del desenfreno navideño y despertarse, tranquilo y descansado, una vez que haya pasado el tsunami de “alegría y amor”. De momento, sigue buscando…

1 comentario:

  1. Cierto, la navidad (me niego a escribirla con mayúsculas) es como aquel monstruo del espacio exterior de la película The Blob ("La Masa Devoradora" en España), que engulle todo lo que encuentra a su paso y va creciendo, creciendo, creciendo... Pero la navidad además tiene la extraña particularidad de crecer no sólo espacialmente (Japón también celebra este horror, p. ej.) sino, lo que es peor, en el tiempo y, encima, y desafiando las leyes de la física, ¡¡hacia atrás!! Si antes te ponían los turrones en las estanterías a principios de diciembre, ahora ya en octubre andan ofreciéndote las peladillas, polvorones y demás parafernalia gastronómica ad hoc. Un día van a empezar a vender árboles de navidad ya en semana santa! Es más, yo incluso empiezo a sospechar que es aún peor, y que lo que nos empezaron a ofrecer en septiembre u octubre de este año deben de ser ya los productos para la navidad del 2012... (o al menos, por los precios que tienen, deberían serlo) Yo, don Colombo, le recomendaría hacerse por estas fechas un viajecito a Marruecos o algún otro lugar libre de contaminación navideña...

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