domingo, 2 de marzo de 2014

THE GAMES


Cuatro jóvenes atletas (un británico, un checo, un estadounidense y un australiano) se preparan de modo diferente para correr la maratón en los Juegos Olímpicos de Roma de 1960. Todos ellos tienen sus propios problemas personales, sus ambiciones, sus esperanzas y motivaciones diferentes que les impulsan a participar.
La historia de esos cuatro atletas fue llevada al cine en 1970 por el director británico Michael Winner bajo el título The Games (en castellano, La prueba del valor). Winner contó para los principales papeles con Ryan O´Neal, Charles Aznavour, Stanley Baker y Michael Crawford (quien una década más tarde estrenaría, a nivel mundial, El fantasma de la ópera, en el West End londinense).
Para el teniente Colombo, La prueba del valor (estrenada en España en 1972) significa algo muy especial. Si bien es cierto que no fue un film de éxito, ni tuvo un amplio reconocimiento internacional (se puede decir que, incluso, pasó bastante desapercibida por los circuitos cinematográficos), en la vida del teniente Colombo representa sus primeros años de acercamiento a la segunda gran pasión de su vida: el cine (la primera es, cómo no, el Atlético de Madrid).
La prueba del valor trae a la memoria del teniente Colombo recuerdos imborrables de su infancia y su adolescencia, cuando pasaba tardes enteras en el cine de su barrio (“el Galaxia”), consumiendo películas y más películas, bajo unos programas dobles que permitían ver dos películas el mismo día, por partida doble y por el mismo precio (¡12 pesetas!). El teniente Colombo lleva décadas tratando de hacerse con La prueba del valor; pero, a pesar de estar en la era de la tecnología, no ha sido capaz de conseguirla. Y eso que ha puesto patas arriba, en varias ocasiones, la comisaría, encargando a varios agentes tareas de Indiana Jones… sin éxito. En todo caso, lo seguirá intentando.

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