domingo, 16 de diciembre de 2012

PLEONASMO versus OXÍMORON

Como el teniente Colombo ha comentado en más de una ocasión, viajar es transformación y aprendizaje. “Es necesario tener los ojos bien abiertos y una actitud receptiva para no rechazar lo diferente”, afirma en un momento de pausa entre dos casos de asesinato. Lo mismo le ocurre con la lectura. Siempre que su trabajo se lo permite, le apasiona adentrarse en otros mundos y en otras historias diferentes a la suya. Probablemente ese hábito le ha convertido en una persona con unas modestas inquietudes gramaticales.
En esa búsqueda permanente de palabras nuevas, el teniente Colombo ha encontrado recientemente dos términos contrapuestos que, curiosamente, han llegado hasta él por caminos diferentes: pleonasmo y oxímoron. Para conocer con precisión los términos que explican cada uno ha necesitado acudir al diccionario (de mano, no al digital).
Pleonasmo es una expresión en la que aparecen uno o más términos redundantes (sal para afuera, lo vi con mis propios ojos, cómete la comida, sube para arriba…). Oxímoron, por el contrario, es una figura retórica que consiste en reunir dos palabras de sentido inverso (un silencio atronador, una dulce amargura, luz oscura...).
Decía André Maurois (novelista francés, 1885-1967) que “la lectura de un buen libro es un diálogo incesante en el que el libro habla y el alma contesta”. Algo parecido le ocurre al teniente Colombo cada vez que tiene en un libro en sus manos.

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