lunes, 10 de diciembre de 2012

LA MARCA DEL MERIDIANO

Resuelto el caso de asesinato en el que llevaban varias semanas trabajando, el brigada Bevilacqua le confiesa a su inseparable compañera, la sargento Chamorro, un sentimiento que, en realidad, se gestó veinte años atrás en ese mismo escenario (una playa de la costa catalana): ningún hombre que se muera sin haber llorado alguna vez frente al mar puede decir que ha vivido. La reflexión forma parte de la última novela de Lorenzo Silva, La marca del meridiano (editorial Planeta, 2012), que el teniente Colombo –colega de profesión de la pareja de investigadores creados hace ya 14 años por la pluma del prolífico escritor madrileño- ha devorado con verdadera pasión durante dos días.
En esta ocasión –la séptima entrega de la saga- Lorenzo Silva plantea a la pareja protagonista una trama que conecta de lleno con la realidad española actual: crisis económica y moral de la sociedad, corrupción, mafias, problemas políticos entre autonomías, delincuencia organizada, etc. Aunque la investigación se centra en el asesinato, cruel y despiadado, de un ex Guardia Civil, amigo y maestro de Bevilacqua, rápidamente avanza por otros derroteros, entrelazados entre sí por el autor de una manera inteligente y con un final donde todo encaja a la perfección. En términos policiales: no queda ningún cabo suelto.
El teniente Colombo ha comprobado (una vez más) cómo Lorenzo Silva maneja, con asombrosa maestría, los resortes literarios del género policíaco creando una atmósfera absorbente y cautivadora, capaz de atraer el interés del lector prácticamente desde la portada del libro. En esta ocasión, además, la novela aporta unos rasgos biográficos y psicológicos del protagonista, no revelados hasta entonces, con los que el teniente Colombo se identifica plenamente, y que hacen a Bevilacqua más cercano al lector. Al igual que el maduro policía de la novela de Lorenzo Silva, el teniente Colombo piensa –en el meridiano de su vida- que la línea que separa el bien del mal sólo depende de la fuerza de ese demonio que todos llevamos dentro.

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