sábado, 21 de enero de 2012

221B BAKER STREET

De alguna manera, el personaje creado por Sir Arthur Conan Doyle en 1887 y el teniente Colombo tienen algunos puntos en común. A pesar de existir un siglo de diferencia entre ambos, tanto Sherlock Holmes como el teniente Colombo son sagaces, brillantes, inteligentes y, sobre todo, implacables ante el crimen.
Hace unos días, el teniente Colombo volvió a comprobar, una vez más, las cualidades innatas del detective más famoso de la literatura, que vivió junto con su inefable compañero, el doctor Watson, en el 221B de Baker Street. Se acercó al cine de su barrio a disfrutar de la película Sherlock Holmes: juego de sombras.
“Sin duda, lo mejor de la película son las brillantes interpretaciones de Robert Downey Jr., en el papel de Holmes, y de Jude Law, como el Dr. John Watson. En esta versión destaca, además, la extraordinaria aportación del actor Jared Harris, como el malvado profesor Moriarty, que protagoniza un duelo a muerte con Sherlock Holmes en una secuencia magnífica”, reflexionaba el teniente Colombo a la salida del cine, a punto de encender uno de sus cigarros.
“Por otro lado -concluye el teniente Colombo- la película es un despliegue visual incuestionable, con continuos movimientos de cámara, a toda velocidad, que, en ocasiones, agotan al espectador en detrimento de la historia”. A medida que avanzaba la película y las capacidades intelectuales de Holmes son sustituidas por aptitudes más físicas, la perplejidad del teniente Colombo iba en aumento. No acaba de entender realmente las intenciones del director de la cinta (Guy Ritchie): ¿espectáculo visual a toda costa, o un meticuloso desarrollo de la historia, profundizando en las características de cada personaje? Al teniente Colombo le quedó la duda, mientras repasaba mentalmente las sobresalientes interpretaciones del actor Basil Rathbone, uno de los mejores Sherlock Holmes de la historia del cine (en blanco y negro y sin efectos especiales).

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