sábado, 26 de enero de 2013

OTRA VUELTA DE TUERCA

En El cisne negro (Henry King, 1942), Tyrone Power es martirizado en un potro de tortura, que giraba y giraba sin parar hasta el límite que sus huesos le permitían aguantar sin romperse. Algo parecido acaba de hacer el Banco de España con los ahorradores, por si no fuera suficiente con que éstos, y el resto de los ciudadanos, hayan tenido que pagar de su propio bolsillo el rescate de las entidades financieras quebradas. Si la tortura de Tyrone Power era pura ficción, en el caso de los ahorradores es una realidad palpable y opresiva.
Resulta que el Banco de España, en una reciente directriz, ha restringido las rentabilidades de los depósitos del sistema financiero hasta un límite tal que con una inflación del 2-2.5% y unas comisiones que no paran de crecer, a las familias les va a costar dinero tener sus ahorros en el banco. De bajar las comisiones bancarias y los intereses de demora, el Banco de España no ha dicho nada.
“Un golpe bajo, uno más, a los grandes perdedores de esta interminable crisis: las familias, los ahorradores y los sectores más vulnerables de la sociedad”, refunfuña el teniente Colombo, encolerizado por una medida que es injusta y desproporcionada, desde cualquier punto de vista.
“Como no bastaba con las medidas de carácter restrictivo que ha implantado el Gobierno a lo largo del último año, ahora viene el Banco de España y echa más gasolina al incendio”, reflexiona el teniente Colombo en este marasmo de decisiones arbitrarias y faltas de sensibilidad social, destinadas únicamente a penalizar el ahorro, el consumo y la inversión (los tres parámetros esenciales de la Renta Nacional). El teniente Colombo no puede dejar de preguntarse si las autoridades económicas de este país han pasado, realmente, por la facultad de Economía (al menos, de visita).

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