domingo, 13 de enero de 2013

CUESTIÓN DE VERGÜENZA

Resulta que el presidente del Consejo General del Poder Judicial considera “tremendo” y “excesivo” no poder viajar en el AVE en clase preferente cuando tiene que desplazarse por razones de trabajo, porque –según sus propias palabras- “no es la mejor imagen para el cargo que ostenta”.
A cualquiera con un mínimo de decencia –incluido el teniente Colombo-, la postura de este servidor público le parece obscena, escandalosa e inmoral. “En un momento en el que los recortes sociales y laborales alcanzan cotas nunca vistas en casi cuarenta años de democracia, asistir a este tipo de declaraciones demuestra que muchos políticos y altos cargos institucionales se niegan a asumir una realidad que sufren cada día millones de ciudadanos; y pone de manifiesto, una vez más, que la ejemplaridad y la sensibilidad social no están en el diccionario de estos personajes”, reflexiona el teniente Colombo, mientras aplasta su puro contra uno de los ceniceros de la comisaría.
Si del teniente Colombo dependiera, a todos aquellos altos cargos y funcionarios públicos que quieran mantener, a toda costa, un estatus social y profesional sin ningún recorte, les obligaría a viajar en el vagón de mercancías hasta que el número de parados se reduzca, al menos, a la mitad. Y al que se quejase, le proporcionaría una bicicleta (descontándosela de su sueldo) para que fuera donde quisiera con ella, incluidos los viajes oficiales.

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