miércoles, 27 de agosto de 2014

GAZPACHO ILUSTRADO


Historiadores y restauradores llevan siglos debatiendo –con notable apasionamiento- sobre la génesis y los antecedentes del gazpacho. Muchos de ellos apuntan al libro “Tesoro de la Lengua Castellana o española”, de Sebastián de Covarrubias y Orozco, editado en 1611, como la primera referencia escrita de esta sopa fría con base de tomate. Las teorías, en todo caso, son casi infinitas. El teniente Colombo, como buen amante de los placeres culinarios, no es ajeno a este debate. En este sentido, tiene su particular receta del gazpacho.
Más o menos es como sigue (para cuatro personas): tres tomates muy maduros (a ser posible raf), un pepino, dos dientes de ajo grandes (al teniente Colombo el gazpacho le gusta “con espíritu asesino”), un pimiento verde, unos 20 gramos de pan del día anterior, sal, vinagre de manzana, aceite de oliva virgen extra (con generosidad) y medio vaso de agua. “Se combinan todos estos productos en un bol, con mimo y sutileza, y se deja macerar la trama unas 3 ó 4 horas”, explica el teniente Colombo, destacando este paso como una de las claves diferenciadoras de su gazpacho.
Pasado ese tiempo, se añaden a los elementos macerados dos rodajas de sandía (vigilando que no contengan pepitas) y se tritura todo en una batidora hasta que la textura sea la deseada por los comensales (ayudándose de un chino, si fuera necesario). “Durante el proceso de triturado conviene probar el punto de sal y vinagre, y corregir al gusto”, matiza el teniente Colombo, mientras prepara la mesa para degustar su gazpacho ilustrado, inspirado en la rica y fructífera huerta murciana.
A la hora de emplatar, el teniente Colombo añade dos elementos complementarios: unos trocitos de sandía, cortados en pequeños cubos, y dos medallones de cola de bogavante (previamente cocido). Un pequeño chorrito de aceite de oliva virgen extra corona “la obra”.
“Un albariño o un Gewürztraminer de Somontano, bien fríos, maridan perfectamente con este tesoro culinario de origen hispano-árabe”, concluye el teniente Colombo, quitándose el delantal, antes de dar buena cuenta de su versión particular del gazpacho; y no descarta presentarse a la próxima edición de Master Chef.

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