Fonéticamente suena igual que la
enloquecida Go West de los Hermanos
Marx (dirigida por Edward Buzzell en 1940), e, incluso, se le puede aplicar perfectamente
una de las geniales frases de Groucho Marx en la secuencia inicial de la
estación, mientras Chico y Harpo le intentan estafar: “Señores, ese es otro
cantar, y muy desafinado”.
GOWEX (sociedad prestadora de servicios wifi
gratuitos) ha resultado ser, precisamente, eso: un cantar muy desafinado. Y el
teniente Colombo no sale de su asombro. Una vez más (¿y van?) han saltado por
los aires todos los controles que, aparentemente, tienen establecidos las
autoridades financieras del país (Comisión Nacional del Mercado de Valores,
Comisión del Mercado Alternativo Bursátil y el propio Ministerio de Economía); además
del control privado que supone una auditoría externa independiente. “Ninguno se
enteró de que GOWEX era un bluff, un
fiasco financiero en toda regla”, masculla, hastiado y aburrido, el teniente
Colombo, recordando los casos de Gescartera, Fórum Filatélico, Bankia,
Parmalat, Catalunya Banc, Caja Castilla-La Mancha, etc., etc., etc.
El teniente
Colombo se pregunta para qué sirve tanta regulación y tanto protocolo normativo
(que, en ocasiones, estrangula a las empresas por sus elevados costes de
implantación y mantenimiento), si a la hora de la verdad el sistema no es capaz
de detectar, de forma preventiva, situaciones fraudulentas como las de GOWEX.
“Una vez más nadie se ha enterado de nada, todo
el mundo es inocente y a ningún burócrata el fraude de GOWEX le ha costado –todavía-
el puesto. Eso sí, el ministro de Economía ha prometido mejorar la regulación
en este ámbito para que situaciones como ésta no se vuelvan a repetir”,
repite el teniente Colombo, mientras se queda más tranquilo después de la
promesa del ministro.
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