domingo, 14 de septiembre de 2014

EMPEZAR DE CERO


Edith Piaf (1915-1963) fue una de las cantantes francesas más célebres del siglo XX. Desde el mismo momento de su nacimiento tuvo una vida marcada por la pobreza, los ambientes marginales y la ausencia de una familia estable. Su juventud y madurez estuvieron jalonadas por el éxito, el favor del público, los amores tormentosos, las drogas, el alcohol y los excesos de todo tipo.
Al final de su vida, cansada y deteriorada físicamente por la morfina, regaló al mundo una canción que, desde ese mismo momento, se convirtió en un símbolo para las generaciones de la época, y las venideras: Non, je ne regrette rien (“No, no me arrepiento nada”), escrita por Michel Vaucaire en 1960, con música de Charles Dumont.
La figura de Edith Piaf ha entrado en la vida del teniente Colombo a través del boipic dirigido por Olivier Dahan en 2007 “La Môme”, interpretado por la oscarizada Marion Cotillard. Y la verdad es que se ha quedado impactado por la vida y el carácter de Edith Piaf, una mujer de aspecto frágil y quebradizo, pero de una personalidad arrolladora.
Desde entonces, el teniente Colombo no ha dejado de escuchar Non, je ne regrette rien; y, en buena medida, se identifica con su mensaje. Particularmente con dos estrofas que, en este momento, reflejan el estado de ánimo del teniente Colombo, cuando su vida ha iniciado el tramo descendente de la campana de Gaüss. Dicen así: “No, no lamento nada / Ni el bien que me han hecho ni el mal / Todo eso me da igual /… / Barridos los amores / y todos sus temblores / barridos para siempre / Vuelvo a empezar de cero…”.
Resolver casos de asesinatos ya no le motiva como antes…

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